Fuente: www.elreferente.es
La familia animada más famosa de América ha basado su popularidad en la humorística crítica social a la vida de EEUU. Los Simpson basan su éxito en su especial “chispa” para tratar temas tabú que, a veces, pueden resultar polémicos tratados por personas humanas.
Muchos han sido los que se han hartado de criticar a la familia de Matt Groening por considerarlos unos dibujos sátiricos e incluso no aptos para niños. Estos juegan ahora con una baza a favor, la del Vaticano.
El periódico de la Santa Sede, L’Osservatore Romano, afirma que Homer y los suyos son buenos católicos. Y esto no es todo, desde este artículo publican en su web, animan a los padres a que compartan estos capítulos con sus hijos para poder tratar temas sociales, familiares y educativos con la mayor normalidad posible.
SUS MOTIVOS
Para defender esta teoría, desarrollan la idea de que en esta serie se tratan temas importantes para los jóvenes que están en edad de aprender conceptos como la educación, temas familiares, el sexo, así como ámbitos sociales y políticos.
Todos hemos sido testigo, en algún momento, de muchas escenas en los que los ronquidos de Homer a consecuencia de los sermones del reverendo LoveJoy son protagonistas, o incluso cómo el comportamiento sumamente evangelista de su vecino Ned Flanders es motivo de mofa para la familia de Springfield.
Pero más allá de todo eso, el Vaticano prefiere fijarse en lo buen. Los Simpson bendicen la mesa, van a misa todos los domingos y creen que existe una vida en el más allá.
"Los Simpson siguen siendo uno de los pocos programas de televisión para niños en los que la fe cristiana, la religión y la cuestión de Dios son temas recurrentes", afirma Francesco Ochetta, escritor de un artículo en el que se basan para explicar sus motivos.
OTRAS RAZONES
De hecho, también utilizan conceptos e ideas que Ochetta trata en su artículo basándose en un capítulo de la serie de temporadas anteriores, en el que Bart es expulsado del colegio. Así, la familia lo matricula en un colegio católico en el que el niño de los Simpson conoce a un sacerdote de lo más peculiar. De hecho, el mayor de los tres hermanos queda tan impresionado con éste, que decide hacerse católico arrastrando a su padre a dicha religión.
Lo que no destacan del capítulo, es que antes de encontrarse con este cura tan “way”, Bart es víctima de la antigua educación cristiana en el que el castigo era la base fundamental de la educación, parece que eso se les escapa.
Aun con todo ello, siempre hay que quedarse con lo bueno. Así que por recomendaciones del Vaticano toda familia del mundo debería ver Los Simpson como raíz educativa familiar por excelencia. No seréis vosotros los que contradigan a la Iglesia ¿verdad?
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