RICARDO COCHRAN
Debemos partir del hecho de que en la actualidad existe una gran ‘anarquía intelectual’, de ella se generan, a su vez, las crisis políticas e ideológicas por cuanto debemos atender al hecho de que el mundo socio-histórico, descansa y se construye en torno a ideas y opiniones. Por ello decía Emerson que: ‘quien construye sobre ideas, construye para la Eternidad’.
La falta de una filosofía clara en relación a los adelantos tecnológicos, a los descubrimientos de la Ciencia y a la realidad del Universo, que dista en mucho en la interpretación y visión de los líderes religiosos, representa un limbo del conocimiento, esto conlleva a una especie de anarquía, por cuanto lo que sobresale no es la verdad que tanto trató de fundamentar Descartes, una verdad que fuese prístina y verificable, sino una especie de verdades a medias o teñidas de inequívocas, que se convierten en ideologías de manipulación y negación a que están acostumbrados los líderes religiosos.
¿Por qué se da de esta manera?, bien, porque el discurso que manejan quienes interpretan la religión, está basado, no en la verdad, sino en el abuso, en el temor, en la manipulación y en la ignorancia.
El ejemplo más ostentoso lo presenta la condena hacia Galileo y Copérnico, por querer asumir una verdad que no lo era, el planeta se mueve alrededor del sol y eso es innegable. El otro mártir fue Giordano Bruno, quien postulo la ‘pluralidad de los mundos’, es decir, la capacidad de Dios de crear otros mundos, porque Dios, a diferencia del hombre, no se le puede tildar de mezquino ni egoísta. Pero para los creacionistas y católicos Dios solo tiene un poder limitado, por eso solo le alcanzó su majestad, su fuerza, su proceso para hacer este mundo, solo este y solo a nosotros, tamaña ignorancia y vanidad nuestra.
Stephen Hawkings, nos expone que, dada la inmensidad del Universo, es ilógico pensar que no exista vida en otra parte del mismo; las distancias son inconmensurables, como quien tratara de cruzar el Atlántico en una tabla de surf; nuestra tecnología está en esa etapa, pero con otro tipo de combustibles y materiales podría ser bastante diferente nuestra capacidad para ver a otras civilizaciones.
La crisis de la religión está servida en un plato muy hondo, los líderes religiosos no se instruyen ni leen algún libro de ciencia o de historia, por ello caen en esta típica vanidad de creer que todo lo saben.
Y desarrollan un instinto de persecución contra quienes no pueden manipular tan fácilmente, porque lo importante no es la búsqueda de la verdad, sino el mantener el status quo a través de sus ideas.
Como la teoría religiosa está basada en suposiciones arregladas, según un propósito, como aquella que plantea que Roma perseguirá a un grupo específico y según la otra versión que los hermanos dividieron la Iglesia en el siglo XVI, algo que ya era patente siglos atrás.
Con tales argumentos no hay seguridad en sus exposiciones, porque ambos se presentan como la salvación del mundo, no Dios, sino su especial congregación. Vanidad y Soberbia.
El Paganismo clásico planteó que a Dios no se le atribuía el mal, sino a los hombres y sus caprichos; Dios debe ser razón u orden universal, que existe y es el fin último de las cosas.
El mundo occidental ha seguido el paso de una schaton, (fin del mundo), a cada paso se acerca el fin, destrucción, muerte, ruina para el género humano.
A veces pienso que los líderes religiosos solo buscan amedrentar, viven con el miedo de los demás y a usanza de los otrora poderosos sacerdotes egipcios en tiempos de los faraones, solo les interesa el poder; porque la religión ciertamente con líderes así, es tal como lo dijo Marx: ‘el opio de los pueblos’... algo que no consumiré.
(vía laestrella.com.pa
Debemos partir del hecho de que en la actualidad existe una gran ‘anarquía intelectual’, de ella se generan, a su vez, las crisis políticas e ideológicas por cuanto debemos atender al hecho de que el mundo socio-histórico, descansa y se construye en torno a ideas y opiniones. Por ello decía Emerson que: ‘quien construye sobre ideas, construye para la Eternidad’.
La falta de una filosofía clara en relación a los adelantos tecnológicos, a los descubrimientos de la Ciencia y a la realidad del Universo, que dista en mucho en la interpretación y visión de los líderes religiosos, representa un limbo del conocimiento, esto conlleva a una especie de anarquía, por cuanto lo que sobresale no es la verdad que tanto trató de fundamentar Descartes, una verdad que fuese prístina y verificable, sino una especie de verdades a medias o teñidas de inequívocas, que se convierten en ideologías de manipulación y negación a que están acostumbrados los líderes religiosos.
¿Por qué se da de esta manera?, bien, porque el discurso que manejan quienes interpretan la religión, está basado, no en la verdad, sino en el abuso, en el temor, en la manipulación y en la ignorancia.
El ejemplo más ostentoso lo presenta la condena hacia Galileo y Copérnico, por querer asumir una verdad que no lo era, el planeta se mueve alrededor del sol y eso es innegable. El otro mártir fue Giordano Bruno, quien postulo la ‘pluralidad de los mundos’, es decir, la capacidad de Dios de crear otros mundos, porque Dios, a diferencia del hombre, no se le puede tildar de mezquino ni egoísta. Pero para los creacionistas y católicos Dios solo tiene un poder limitado, por eso solo le alcanzó su majestad, su fuerza, su proceso para hacer este mundo, solo este y solo a nosotros, tamaña ignorancia y vanidad nuestra.
Stephen Hawkings, nos expone que, dada la inmensidad del Universo, es ilógico pensar que no exista vida en otra parte del mismo; las distancias son inconmensurables, como quien tratara de cruzar el Atlántico en una tabla de surf; nuestra tecnología está en esa etapa, pero con otro tipo de combustibles y materiales podría ser bastante diferente nuestra capacidad para ver a otras civilizaciones.
La crisis de la religión está servida en un plato muy hondo, los líderes religiosos no se instruyen ni leen algún libro de ciencia o de historia, por ello caen en esta típica vanidad de creer que todo lo saben.
Y desarrollan un instinto de persecución contra quienes no pueden manipular tan fácilmente, porque lo importante no es la búsqueda de la verdad, sino el mantener el status quo a través de sus ideas.
Como la teoría religiosa está basada en suposiciones arregladas, según un propósito, como aquella que plantea que Roma perseguirá a un grupo específico y según la otra versión que los hermanos dividieron la Iglesia en el siglo XVI, algo que ya era patente siglos atrás.
Con tales argumentos no hay seguridad en sus exposiciones, porque ambos se presentan como la salvación del mundo, no Dios, sino su especial congregación. Vanidad y Soberbia.
El Paganismo clásico planteó que a Dios no se le atribuía el mal, sino a los hombres y sus caprichos; Dios debe ser razón u orden universal, que existe y es el fin último de las cosas.
El mundo occidental ha seguido el paso de una schaton, (fin del mundo), a cada paso se acerca el fin, destrucción, muerte, ruina para el género humano.
A veces pienso que los líderes religiosos solo buscan amedrentar, viven con el miedo de los demás y a usanza de los otrora poderosos sacerdotes egipcios en tiempos de los faraones, solo les interesa el poder; porque la religión ciertamente con líderes así, es tal como lo dijo Marx: ‘el opio de los pueblos’... algo que no consumiré.
(vía laestrella.com.pa
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