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miércoles, 23 de marzo de 2011

Indonesia puede mostrar el camino

ALEJANDRO PIÑA

Tiempos de cambio en los países norteafricanos y Oriente Próximo. Europa contiene el aliento ante lo que está sucediendo y casi no se atreve a decir palabra. Hay miedo de que todo ese conglomerado se convierta en una zona hostil.

En los últimos años he tenido la suerte de viajar por Extremo Oriente, unas cuantas veces a Indonesia. Allí conocí al guardián de un volcán, el Merapi, que ha muerto recientemente en su última erupción, mientras rezaba para apaciguarlo; a un ex caníbal con el que llegué a tomar cervezas, al atardecer, en el bar que regenta un holandés casado con una bella javanesa; a un sultán que ejerce de relaciones públicas y cobra por enseñar su vetusto palacio y a varios diseñadores españoles que andan perdidos por aquellas islas.

Indonesia es un universo en si mismo. Diecisiete mil islas, doscientos cuarenta millones de habitantes, trescientos grupos étnicos. La religión mayoritaria es la musulmana, aunque detrás de ella, subyace su antigua religión animista, los antiguos chamanes que tienen tanto predicamento como los imanes o los sacerdotes. Es la mayor concentración de musulmanes en un solo Estado del mundo, el 80% de su población. Más que todos los países norteafricanos y de Oriente Próximo juntos.

En ese país gobernaron con mano de hierro durante varias décadas Sukarno y después su sustituto Suharto, que abandonó el poder hace trece años. En este periodo de tiempo Indonesia se ha convertido en un país democrático, en 2004 tuvieron sus primeras elecciones presidenciales. Cuando empezó el proceso de cambio nadie daba un duro por que lo lograran.

Dicho esto con todas las salvedades que se quieran. El mes pasado, en Java, han sido salvajemente asesinados tres miembros de la secta Ahmadi, autoproclamados musulmanes, odiados por los fundamentalistas. Y han quemado tres iglesias.

El Estado tiene mucho trabajo que hacer todavía para garantizar la libertad religiosa. Otro tanto para reducir la corrupción. Pero han logrado sacar adelante varios procesos electorales libres, han reformado sus instituciones y su Constitución. Y tiene unos medios de comunicación donde se opina e informa con libertad.

Se puede considerar un país moderado, donde la mayoría vota por partidos seglares, en las últimas elecciones los partidos islámicos obtuvieron menos del 30% de los votos. Reformistas egipcios están estudiando cómo se hicieron las cosas allí y muchos expertos internacionales ven que ese puede ser el camino a seguir, en contraposición al seguido por Irán.

Me acuerdo de aquella película, 'El año que vivimos peligrosamente' en la que se esbozan los prolegómenos de toda esta historia, con un Sukarno en guerra contra los comunistas y con todo aquel que se moviera. Con una pequeña actriz, Linda Huntt ganando un Oscar por interpretar un papel masculino, y en la que se siente esa humedad presente en cada palmo de la tierra indonesia. Después de muchos avatares ese inmenso país, que mantiene muchos frentes abiertos, tiene un sistema político asimilable a nuestras democracias parlamentarias, y que es una esperanza de cómo las cosas pueden ir a mejor.

(vía elcorreo.com)

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