Si un musulmán se convierte al cristianismo tiene que protegerse de sus antiguos correligionarios porque sabe que el Islam pena con la muerte al, apostata, y que es un deber del fiel devoto del Islam separar el cuello del tronco del nuevo cristiano.
El degüello del que abandona el Islam es una “hermosa y piadosa acción islámica” que ennoblece al creyente del Islam ante los ojos de la Umma.
Todo nuevo cristiano, procedente del Islam, sabe que su vida está en peligro, y considera que ha abandonado una religión que exalta y enaltece la muerte y el asesinato, y no hay ningún apostata del Islam que en nombre de su nueva fue haya asesinado a sus antiguos correligionarios.
El recién cristiano sabe que las leyes éticas de la Biblia no permiten asesinar a los que no profesan su nueva religión.
Muchos de estos nuevos cristianos viven su cristianismo en clandestinidad en el mundo árabe y7o musulmán y también en Europa y en declaraciones a la prensa europea afirman estar contentos por haber abandonado una religión de odio y muerte.
Pero, ¿qué acontece con muchos nuevos musulmanes, procedentes del cristianismo?
Muchos de estos nuevos musulmanes europeos y americanos se sienten legitimizados por su nueva fe, el Islam, para cometer crímenes contra sus antiguos conciudadanos y correligionarios.
Un nuevo caso se ha dado recientemente. El ciudadano austriaco Thomas al-J, de 25 años de edad, ha sido detenido en Viena y acusado de terrorismo el miércoles 15 de junio de 2011.
Se le acusa de planear un islamoatentado y estrellar un avión en el Bundestag, la sede del Parlamento Alemán en Berlín.
Entre sus tareas “misioneras” islámicas tenía la función de reclutar yihadistas para enviarlos a campos de entrenamiento del Yihad en Afganistán y Pakistán, para volver a Europa y cometer sus “piadosas” y devotas acciones islámicas como las del 11 M en Atocha-Madrid. También tenía encomendada la financiación de organizaciones islamoterroristas.
¿Qué pasa con una religión [el Islam] que sus nuevos adeptos tienen unas ganas atroces de eliminar a sus antiguos correligionarios y conciudadanos?
¿Por qué los fieles devotos de esta religión [el Islam] mantienen un silencio cómplice?
¿Por qué nadie de esta religión [Islam] denuncia públicamente el teórico desviacionismo y pretendida mala interpretación de estos criminales?
¿Por qué son únicamente los convertidos a esta religión [el Islam] los que están dispuestos a asesinar a sus antiguos correligionarios?
¿Por qué los pertenecientes a esta religión [el Islam] cuando abandonan el Islam son pacíficos y buenos conciudadanos?
Estas y muchas otras preguntas tendrían que ser respondidas por todos aquellos que dicen que el Islam es una religión de paz, de amor y tolerancia, y en primer lugar tendrían que explicar que entienden ellos por paz, amor y tolerancia.
(vía blogs.periodistadigital.com)
El degüello del que abandona el Islam es una “hermosa y piadosa acción islámica” que ennoblece al creyente del Islam ante los ojos de la Umma.
Todo nuevo cristiano, procedente del Islam, sabe que su vida está en peligro, y considera que ha abandonado una religión que exalta y enaltece la muerte y el asesinato, y no hay ningún apostata del Islam que en nombre de su nueva fue haya asesinado a sus antiguos correligionarios.
El recién cristiano sabe que las leyes éticas de la Biblia no permiten asesinar a los que no profesan su nueva religión.
Muchos de estos nuevos cristianos viven su cristianismo en clandestinidad en el mundo árabe y7o musulmán y también en Europa y en declaraciones a la prensa europea afirman estar contentos por haber abandonado una religión de odio y muerte.
Pero, ¿qué acontece con muchos nuevos musulmanes, procedentes del cristianismo?
Muchos de estos nuevos musulmanes europeos y americanos se sienten legitimizados por su nueva fe, el Islam, para cometer crímenes contra sus antiguos conciudadanos y correligionarios.
Un nuevo caso se ha dado recientemente. El ciudadano austriaco Thomas al-J, de 25 años de edad, ha sido detenido en Viena y acusado de terrorismo el miércoles 15 de junio de 2011.
Se le acusa de planear un islamoatentado y estrellar un avión en el Bundestag, la sede del Parlamento Alemán en Berlín.
Entre sus tareas “misioneras” islámicas tenía la función de reclutar yihadistas para enviarlos a campos de entrenamiento del Yihad en Afganistán y Pakistán, para volver a Europa y cometer sus “piadosas” y devotas acciones islámicas como las del 11 M en Atocha-Madrid. También tenía encomendada la financiación de organizaciones islamoterroristas.
¿Qué pasa con una religión [el Islam] que sus nuevos adeptos tienen unas ganas atroces de eliminar a sus antiguos correligionarios y conciudadanos?
¿Por qué los fieles devotos de esta religión [el Islam] mantienen un silencio cómplice?
¿Por qué nadie de esta religión [Islam] denuncia públicamente el teórico desviacionismo y pretendida mala interpretación de estos criminales?
¿Por qué son únicamente los convertidos a esta religión [el Islam] los que están dispuestos a asesinar a sus antiguos correligionarios?
¿Por qué los pertenecientes a esta religión [el Islam] cuando abandonan el Islam son pacíficos y buenos conciudadanos?
Estas y muchas otras preguntas tendrían que ser respondidas por todos aquellos que dicen que el Islam es una religión de paz, de amor y tolerancia, y en primer lugar tendrían que explicar que entienden ellos por paz, amor y tolerancia.
(vía blogs.periodistadigital.com)
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