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lunes, 5 de diciembre de 2011

Lo religioso en la violencia

Por: SOPHIA RODRÍGUEZ POUGET

Jerusalen

Guerreros y armas; al fondo Jerusalén , la ciudad sagrada para los tres grandes monoteísmos.

Opinión de una experta sobre levantamientos en varios países del Medio Oriente y África del norte

Sobre la religión en la actualidad mundial y en particular en Medio Oriente, habla la filósofa francesa Catherine Chalier, invitada por el Ciclo Entrecruzamientos, organizado por la Alianza Francesa de Bogotá, el Banco de la República, la Universidad Javeriana y la Embajada de Francia.

¿Cuál fue el tema de su conferencia en Colombia?

Me pidieron hablar de un tema inmenso que es Dios en el judaísmo. Trato de mostrar la relación entre el 'Yo divino'y el 'Tú humano' esencial en la Biblia; reflexionar sobre esa 'relación' más que en un Dios como idea o principio filosófico y sobre ese Dios que se nos presenta como liberador, ¿pero de qué? En la Biblia nos dice que de los esclavos en Egipto, pero más que un lugar, Egipto significa todo lo que nos angustia y oprime, las formas de alienación humanas. Explico entonces la importancia de un Dios que quiere nuestra libertad y sacarnos de eso, lo que también es difícil. Finalmente hablo del 'Dios escondido' que parece no responder al sufrimiento humano ni a su llamado.

Usted lidera un grupo de estudio entre judíos y musulmanes en Francia. ¿Sobre qué tratan y qué han logrado?

Este grupo lo organicé en París con la Alianza Israelita Universal. Busca conocer más a fondo nuestras religiones a partir del estudio. En cada sesión alguien presenta un tema desde la perspectiva judía y otro desde la musulmana, lo discutimos y reflexionamos. Abordamos temas como idolatría, elección, violencia, Moisés que está presente en ambas religiones, etc. Nos reunimos en sitios judíos o musulmanes.

Estos encuentros son importantes porque en Francia la comunidad judía es la más grande de Europa y la musulmana tiene cerca de 5 millones de personas. Vemos cómo con frecuencia los temas políticos son los que impiden acercarnos, como si lo político ocupara todo el lugar, cuando hay otras posibilidades.

Me satisface que hayamos logrado este espacio y estudiar con personas con las que tenemos conflictos de orden político. Es un logro que muestra que no hay que dejar que esos apasionamientos nos impidan ver más allá.

Con ese grupo demuestra que la coexistencia pacífica es posible en esos ámbitos, pero ¿es posible también en el contexto internacional?

Obviamente el logro con el grupo es algo pequeño, pero creo precisamente en muchas pequeñas cosas. Además no es solo de académicos, está abierto a todo aquel que quiera venir, implica buena voluntad y permite al menos conocerse de una forma mejor y tener incluso un cierto impacto de forma indirecta sobre aspectos políticos de unos y otros, ver que no somos solamente lo que el uno o el otro pretende que seamos. Ha sido un buen ejemplo para que la gente intente construir un camino de encuentro.

¿Qué papel desempeña hoy la religión en el contexto internacional y la geopolítica mundial?

El asunto es que hoy en general las religiones son presentadas desde su forma más apasionada, dogmática, intolerante y cerrada al otro, lo que es un error gravísimo. No niego que eso existe, pero se trata de mostrar que hay otra forma de pensar las religiones, y una es buscando entendernos a nosotros mismos, entendiendo las relaciones que queremos tener unos con otros y no como un triunfo que queremos imponer a los demás.

Todos los radicalismos son indeseables, sean religiosos o políticos también. Porque hay radicalismos políticos extremadamente peligrosos que son formas de negar la pluralidad humana. Nadie tiene el monopolio de la verdad. No nos pertenece. Y si pertenece a Dios, solo vemos de ella un destello que si nos ilumina a nosotros también ilumina a los demás.

A propósito de los radicalismos, ¿qué piensa de la teoría de Huntington del 'choque de civilizaciones'? ¿Piensa como él que las religiones como parte de los sistemas simbólicos de las culturas pueden llegar a ser detonantes de grandes conflictos internacionales e incluso de guerras en el siglo XXI?

Eso no lo sabemos. Sin embargo, vemos la importancia del judaísmo en Israel y del islam en Medio Oriente. Pero ambas se presentan de diferentes formas. No son monolíticas. Entonces no creo necesariamente que haya un choque de civilizaciones. Si intentamos precisamente conocernos mejor y dialogar mejor, la religión no es algo cerrado que deba llevar a conflictos, sin duda que no.

¿Qué puede pasar en Medio Oriente desde la perspectiva de esa mezcla de religión y poder?

No soy politóloga, pero pienso que los movimientos tanto en Israel como en los países árabes, donde la religión tiene tanta importancia, plantean una pregunta importante y es si ¿no hemos perdido algo, una dimensión de nosotros mismos? No se trata de confundir política y religión, pero sí que sirva para cuestionarnos.

No sé en Colombia, pero Europa está muy descristianizada, es poco lo que ella sabe de esa propia fuente de su cultura porque el cristianismo y el judaísmo son solo una fuente de su cultura. Las generaciones jóvenes casi no saben nada al respecto, y no es su culpa, porque nada les fue transmitido.

Entonces todos esos pueblos y personas que parecen vivir de otra forma no es que vivan en la oscuridad sino de otra iluminación. Eso debe cuestionarnos, sobre todo en Francia donde la presencia del islam es demasiado visible e importante. Para algunos puede ser agresiva o desagradable, no lo voy a negar, pero no es solamente eso.
Muestra una dimensión de la relación del hombre con algo que lo trasciende, superior a él, que es importante y que puede sacudir profundamente a una sociedad tan descristianizada. Es peligroso que esa sociedad esté así en contraposición con eso, porque es como si ella no tuviera nada que le perteneciera, nada para proponer y discutir desde esa perspectiva. Ese es finalmente el propósito de nuestro grupo.

Las religiones en sus momentos de mayor apasionamiento han esgrimido incluso la violencia en supuesta defensa de la Humanidad y hasta de la Divinidad. Llevar al límite la religión en pro de una causa es a la vez su antítesis. ¿Pueden aún las religiones en el siglo XXI caer en esos radicalismos que son, a su vez, su contradicción? Matar a los hombres e

n nombre de Dios o de cualquier ideología es odio. Por supuesto que esas expresiones pueden prevalecer en ciertos grupos religiosos, pero el siglo XXI ha demostrado que el ateísmo es capaz también de hacer lo mismo, así que debemos reflexionar bastante al respecto.

El hecho de matar al otro porque no piensa como yo obviamente no tiene sentido. Pero sería un error de la gente laica pensar que solo la religión puede desatar eso, porque también ha existido una actitud idólatra en ciertas ideologías, como la marxista por ejemplo en el pasado y otras destructoras de lo humano y de la pluralidad humana, cuando esa pluralidad es la que debemos defender y no dejar reducir por ningún motivo a la unidad u homogeneidad, sea política o religiosa.

¿Qué reflexión quisiera dejarle a Colombia en esta ocasión?

No conocía Colombia y estoy muy contenta de estar aquí. Siento que la dimensión religiosa está más presente que en otros países. Les diría que no la pierdan, pero que intenten vivirla no de forma primitiva, sino que permita aclararles el interior y su relación con los demás. Aquí la religión está muy presente, pero la violencia también. Y para que un pensamiento religioso o filosófico pueda iluminarnos y hacernos menos violentos y más atentos a lo que el otro piensa, implica un trabajo sobre nosotros mismos. La religión nos exige eso, que es lo más difícil, pero debemos lograrlo.

(vía eltiempo.com)

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