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viernes, 16 de diciembre de 2011

Reclaman al Estado "auténtica neutralidad" religiosa

La Universidad Católica del Uruguay (UCU) sostuvo ayer que el Estado uruguayo debe mantener una "auténtica neutralidad" entre todas las opciones religiosas, y consideró que a la hora de distribuir "libertades, oportunidades y recursos, no debe premiar a quienes optan por ciertas formas de vida y castigar a los otros".

En una declaración sobre la laicidad, firmada por el rector de la UCU, P. Eduardo Casarotti SJ, la institución católica explica el modo en que entiende y practica este concepto. "La idea de que todas las confesiones religiosas merecen un igual respeto, siempre que no atenten contra los derechos fundamentales de nadie, ha pasado a ser patrimonio común", dice la declaración. Y agrega que "ningún acto de peso en ningún país democrático piensa hoy que sea legítimo forzar a un padre a educar a su hijo en una religión que no sea la suya".

En otro punto, afirma que hay al menos dos convicciones que pueden considerarse patrimonio común: que "nadie puede ser perseguido por tener ciertas convicciones religiosas, ni tampoco por no tenerlas", y que "las eventuales amenazas a esta libertad pueden provenir tanto de la sociedad como del propio Estado".

"Las sociedades democráticas de principios del siglo XXI valoran la diversidad y la identidad como no lo hicieron en épocas anteriores, y están dispuestas a movilizarse para protegerlas", agrega la declaración.


Según la UCU, cualquiera sea el significado que se le dé hoy a la palabra "laicidad", no puede ser el que tenía hace 130 años. "La laicidad sigue siendo un concepto central para la tradición educativa uruguaya y, en consecuencia, para todos los uruguayos. Pero tenemos el deber de reinterpretarla y enriquecerla a la luz de la experiencia histórica", afirma. Y a continuación marca tres políticas de la UCU en este tema: "No entendemos la laicidad como un mandato de ocultamiento de las convicciones religiosas", "tampoco entendemos la laicidad como un simple sinónimo de respeto", y "nos identificamos con la idea de `laicidad positiva` que recogió el papa Benedicto XVI" y que algunos actores mencionan como "laicidad-reconocimiento".

"La laicidad así entendida obliga a adecuar el funcionamiento de una institución como la Universidad Católica del Uruguay a las condiciones de la diversidad", explica, y pone como ejemplo que recomienda no controlar la asistencia de estudiantes judíos en los días festivos para el judaísmo, se crean sesiones especiales de exámenes para musulmanes en épocas de Ramadán, y se evitan las evaluaciones los días sábados.

La UCU hace referencia al papel del Estado. "Su tarea -dice- no debe consistir en reprimir toda manifestación de diferencias en materia de convicciones y formas de vida, ni en tomar sus decisiones a partir de la ficción de que esas diferencias no existen". En este sentido, afirma que el Estado debe mantener "una auténtica neutralidad entre todas las opciones. No solo no debe comprometerse con una confesión religiosa específica, sino que tampoco debe tomar partido entre quienes tienen convicciones religiosas y quienes no las tienen. A la hora de distribuir libertades, oportunidades y recursos, no debe premiar a quienes optan por ciertas formas de vida y castigar a otros".

(vía elpais.com.uy)

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