López Román además constata que estos datos indican “la vitalidad de la asignatura en los centros de enseñanza de la diócesis de Almería, pese a las trabas de quienes promueven una opinión pública contraria al libre ejercicio de esta opción y de este derecho por parte de padres y alumnos”.
Desde la Delegación Episcopal para la Enseñanza Católica destacan favorablemente el hecho de que la inmensa mayoría de los padres almerienses, pese a que en la mayoría de los casos no sean católicos practicantes, opten porque sus hijos reciban esta asignatura.
En educación secundaria los índices de alumnos matriculados son más bajos que en primaria. Según Ignacio López Román “este curso académico el porcentaje de alumnos matriculados aunque sigue siendo mayoritario con respecto a otras opciones alternativas, situándose alrededor del 65 por ciento”. En este sentido hay que tener muy en cuenta las particulares circunstancias de secundaria, “donde la asignatura de Religión y moral católica en muchos casos es abandonada por los alumnos a favor de la asignatura alternativa que, en la mayoría de los centros, carece de temarios y criterios de evaluación, convirtiéndose en materias que requieren poco o nulo esfuerzo por parte del alumnado”. Pese a todo, la Delegación Episcopal de Enseñanza Católica se muestra satisfecha con los resultados porque ponen de manifiesto el interés de la mayor parte de los padres almerienses porque sus hijos se eduquen en esta disciplina que contribuye de manera muy positiva a la construcción de la persona en todas sus dimensiones.
En cuanto a las incidencias en la incorporación de profesores de Religión a los centros educativos de la provincia de Almería, el delegado Episcopal para la Enseñanza Católica, Ignacio López Román, destaca que “en primaria se han producido algunas dificultades en la incorporación de nuevos profesores, firmándose algunos contratos en diciembre”. Todo lo contrario ha ocurrido en el inicio de curso en secundaria, donde las competencias recaen en la Junta de Andalucía, ya que “este año se ha producido con la más absoluta normalidad y diligencia por parte de la Delegación de Educación”.
Es precisamente esta situación de normalidad la que pide cada año la Delegación Episcopal a las administraciones competentes -Ministerio de Educación en educación infantil y primaria y Delegación de Educación de la Junta de Andalucía en secundaria- con la finalidad de que la asignatura de Religión y moral católica se equipare al resto de materias impartidas en los centros educativos, tal y como se exige en la legislación vigente, con el fin de que se respete el derecho de los padres y los alumnos que libremente han elegido recibir esta formación.
(vía agenciasic.es)
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