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sábado, 17 de marzo de 2012

Los ateos australianos recurren a Woody Allen para hacerse visibles y en España juzgarán a Javier Krahe por blasfemo

por Luis Alfonso Gámez

La publicidad atea, en un autobús urbano de Melbourne. Foto: David Nicholls.

“Si Dios existe, espero que tenga una buena excusa”. Esta frase de Woody Allen en La última noche de Boris Grushenko (Love and death, 1975) puede leerse en el lateral de los autobuses urbanos de Melbourne como parte de la campaña publicitaria de la Convención Global Atea 2012, que se celebrará en la ciudad dentro de un mes. “Las palabras de Woody Allen sintetizan el pensamiento de la comunidad librepensadora y también las sospechas ocultas de un número creciente de creyentes. Teniendo en cuenta la gran cantidad de muertes innecesarias, dolor y sufrimiento en el planeta, un dios supuestamente todopoderoso y todo amor tendría, sin duda, mucho de lo que responder“, cuenta David Nicholls, presidente de la Fundación Atea de Australia, en la web del encuentro.

El congreso ateo, que lleva por subtítulo, Una celebración de la razón, se celebrará en Melbourne entre el 13 y el 15 de abril, y contará con la participación de Richard Dawkins, Sam Harris, Lawrence Krauss y P.Z. Myers, entre otros. Los participantes rendirán homenaje al periodista y escritor Christopher Hitchens, que murió en diciembre a los 62 años víctima de un cáncer de esófago y era uno de los principales baluartes del llamado nuevo ateísmo. En 2009, la principal agencia de publicidad exterior del país, APN Outdoor, impidió que la Fundación Atea de Australia llevara al transporte público el lema “Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta de la vida”, que colocaron los ateos británicos en los autobuses urbanos de Londres.

Mientras tanto, en España, el Juzgado de lo Penal número 8 de Madrid juzgará el 28 de marzo al cantautor Javier Krahe por el corto Cómo cocinar un crucifijo. España se iraniza. Poner en solfa creencias, sean éstas cuales sean, es una conquista de la Ilustración que hemos de reivindicar más que nunca ante despropósitos como el cometido contra Krahe. Y blasfemar es un derecho, no un delito.

“Sólo hay una excepción razonable a la protección ilimitada del discurso: cuando alguien incita directamente a los crímenes de odio. Pero en este punto las religiones tienen un historial realmente malo”, recordaba en septiembre de 2009 el filósofo Massimo Pigliucci. La Asociación Mundial de Periódicos (WAN) dictaminaba, por su parte, respecto a la resolución 62/154 de la ONU contra la difamación religiosa, que “la religión es un tema sujeto legítimamente a la crítica, la sátira y el debate. El concepto de difamación de la religión puede reprimir gravemente el debate. Nos preocupa seriamente que esta resolución pueda ser invocada por Gobiernos autoritarios para suprimir la libertad de expresión”. Con el juicio a Krahe, España da la espalda a la Ilustración y hace un guiño a esas teocracias que gustan de apedrear a las adúlteras y ejecutar a los ateos. ¡Bienvenidos al Medievo!

Por cierto, aquí tienen el corto de Krahe, ¡rodado en 1978!:

(vía blogs.elcorreo.com)

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