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jueves, 5 de julio de 2012

La religión puede engordarlo dice un estudio

Un nuevo estudio realizado por dos académicos de Australia dicen haber encontrado un vínculo entre la religión y el índice de masa corporal (IMC) de las personas. Ellos afirman que el “pecado de la gula” no es tan mal visto por la gente religiosa, especialmente cuando se compara con el tabaquismo, consumo excesivo de alcohol y el sexo prematrimonial.

Los profesores Michael Kortt, de Southern Cross University y Brian Dollery University of New England, están al mando del estudio, que acaba de ser publicado en Journal of Religion and Health

En el estudio difundido se analizaron los datos de 9408 adultos y se encontró que la opción religiosa fue “significativamente asociado con un IMC más alto”. Esta es una advertencia sobre posibles enfermedades como problemas cardíacos, diabetes e incluso cáncer.

Kortt y Dollery revelan que los hombres bautistas y católicos tenían un más alto de sobre peso que aquellos que no han reclamado su afiliación religiosa, por ejemplo, el índice de masa corporal. También se reveló que las mujeres no cristianas tuvieron un menor índice de masa corporal.

“Ha habido una evidencia que sugiere que existe una relación positiva entre la religión y la salud”, dice los académicos en su artículo. “Hemos identificado una asociación estadísticamente significativa entre la religión y el IMC en hombres y mujeres australianos”.

Los resultados del estudio reflejan hallazgos de estudios anteriores que tratan el mismo tema.
“En primer lugar, la religión puede servir tanto para denunciar y controlar ciertos tipos de comportamientos ‘aberrantes’ tales como el consumo excesivo del alcohol, el tabaco y el sexo fuera del matrimonio”, dijo el académico.

“Sin embargo, comer en exceso, o el pecado de la gula, tiene el mismo nivel de convicción e incluso puede ser visto como un” pecado aceptable “para la mayoría de los líderes religiosos”.

El estudio reveló que muchas actividades y celebraciones religiosas giran en torno a los alimentos, que, a su vez, pueden generar un ambiente propicio para comer en exceso.

Por último, los expertos señalaron que las personas que practican su religión en el hogar, por ejemplo, son más propensos a consumir alimentos altos en calorías y bebidas, y puede preferir un estilo de vida sedentario.

(vía noticiacristiana.com)

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