El Gobierno chino ha criticado un informe del Departamento de Estados Unidos que critica el control que ejerce Pekín sobre la religión, afirmando que ese documento es tendencioso y supone un intento por parte de Washington de entrometerse en los asuntos internos de China.
El Informe Internacional sobre Libertad de Credo, que el Departamento de Estado publica cada año, advierte de un "claro empeoramiento" en lo que se refiere al respeto que demostró el Estado por la libertad de credo en China en 2011 y dice que las restricciones en ese ámbito se han endurecido, especialmente en los monasterios y conventos budistas de la región de Tíbet.
En desacuerdo
Pero el Ministerio de Asuntos Exteriores chino no está de acuerdo con esas conclusiones, publicadas el pasado lunes. "Los ciudadanos chinos de todas las etnias disfrutan de una libertad de credo total", ha asegurado el portavoz Hong Lei en un comunicado que se puede leer en la página web del Ministerio.
"Estados Unidos debería dejar a un lado sus prejuicios", ha señalado. "Dejen de utilizar cuestiones relacionadas con la religión para entrometerse en los asuntos internos de China y no hagan cosas que perjudiquen las relaciones chino-americanas, la confianza mutua y la cooperación", ha aconsejado.
El informe de Washington indica que "las injerencias de las autoridades en la práctica de estas tradiciones religiosas han agravado los motivos de queja y contribuyeron a que en 2011 se inmolaran al menos doce tibetanos".
Protestas
Desde marzo de 2011, más de 40 tibetanos, entre ellos varios monjes y monjas budistas, se han prendido fuego como gesto de protesta por el control que ejerce Pekín.
El secretario de Estado adjunto de Estados Unidos Michael Posner afirmó a finales del pasado julio que Pekín estaba avanzando en la dirección incorrecta en lo que se refiere a los Derechos Humanos.
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