Ramadán: el azúcar no para la violencia
En el mundo árabe los fieles oran, practican la abstinencia sexual y soportan el ayuno obligatorio con una dieta especial de dulces
El Ramadán, mes sagrado de la religión Islámica que arrancó el pasado miércoles, con la primera aparición de la luna nueva, continúa uniendo a los practicantes de este credo aunque no logra aplacar las tensiónes políticas de la zona más turbulenta del mundo.
Egipto continúa debatiéndose en una crisis política irresoluble tras el golpe de Estado contra Mohamed Mursi, ganador de las primeras elecciones libres de la historia de ese país; en Siria, la guerra continúa dejando un reguero de muertos (5 mil al mes, según los últimos cálculos); en Irak, los enfrentamientos entre el ejército y el grupo terrorista Al Qaeda no cejan: nueve personas murieron ayer en un intercambio de disparos, siete el domingo en distintos actos de violencia, 27 el sábado en una cadena de atentados con coches bomba en Bagdad, otras treinta la semana pasada en un atentado suicida en Kirkuk...; en Trípoli, la capital de Libia, un cuádruple atentado con bombas no dejó víctimas ayer...
Y mientras estos actos de violencia se suceden, las celebraciones se repiten en todo el mundo árabe con estricto apego a las tradiciones. Mes por excelencia para expiar los pecados de los musulmanes con el ayuno, la abstinencia sexual, la adoración de Dios y la práctica de buenas obras, el Ramadán es sinónimo de nuevos comportamientos. Las mezquitas son literalmente tomadas al asalto en las horas de las plegarias, los fieles visten ropas más amplias y reaparecen los rosarios entre las manos durante todo el día.
En las calles, los lugares de trabajo, los mercados y los domicilios, el azúcar está prácticamente en boca de todos desde el comienzo del ayuno. Su fuerte consumo está ligado al hecho de que se utiliza en la preparación de bebidas que sirven para romper el ayuno, como los zumos y los caldos que integran la alimentación popular en este período.
Es el único mes del año en el que se hace un esfuerzo por diversificar la alimentación, porque es necesario aportar al organismo durante la noche las calorías necesarias para un equilibrio.
(vía hoy.com.ec)
En el mundo árabe los fieles oran, practican la abstinencia sexual y soportan el ayuno obligatorio con una dieta especial de dulces
El Ramadán, mes sagrado de la religión Islámica que arrancó el pasado miércoles, con la primera aparición de la luna nueva, continúa uniendo a los practicantes de este credo aunque no logra aplacar las tensiónes políticas de la zona más turbulenta del mundo.
Egipto continúa debatiéndose en una crisis política irresoluble tras el golpe de Estado contra Mohamed Mursi, ganador de las primeras elecciones libres de la historia de ese país; en Siria, la guerra continúa dejando un reguero de muertos (5 mil al mes, según los últimos cálculos); en Irak, los enfrentamientos entre el ejército y el grupo terrorista Al Qaeda no cejan: nueve personas murieron ayer en un intercambio de disparos, siete el domingo en distintos actos de violencia, 27 el sábado en una cadena de atentados con coches bomba en Bagdad, otras treinta la semana pasada en un atentado suicida en Kirkuk...; en Trípoli, la capital de Libia, un cuádruple atentado con bombas no dejó víctimas ayer...
Y mientras estos actos de violencia se suceden, las celebraciones se repiten en todo el mundo árabe con estricto apego a las tradiciones. Mes por excelencia para expiar los pecados de los musulmanes con el ayuno, la abstinencia sexual, la adoración de Dios y la práctica de buenas obras, el Ramadán es sinónimo de nuevos comportamientos. Las mezquitas son literalmente tomadas al asalto en las horas de las plegarias, los fieles visten ropas más amplias y reaparecen los rosarios entre las manos durante todo el día.
En las calles, los lugares de trabajo, los mercados y los domicilios, el azúcar está prácticamente en boca de todos desde el comienzo del ayuno. Su fuerte consumo está ligado al hecho de que se utiliza en la preparación de bebidas que sirven para romper el ayuno, como los zumos y los caldos que integran la alimentación popular en este período.
Es el único mes del año en el que se hace un esfuerzo por diversificar la alimentación, porque es necesario aportar al organismo durante la noche las calorías necesarias para un equilibrio.
(vía hoy.com.ec)
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