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martes, 9 de julio de 2013

Quitan récord de natación a una mujer iraní porque se le marcaban las curvas del cuerpo bajo el hiyab

Publicado 09-07-2013

La nadadora de mar abierto Elham Asghari, de 32 años y con nacionalidad iraní, ha sido privada del récord de 20 km que consiguió el pasado mes de junio tras nueve horas en el agua. ¿El motivo?  Nada más y nada menos que el contorno de su figura bajo el hiyab, que al contacto con el agua se marca aún más en el cuerpo de la nadadora. Es evidente que las autoridades religiosas del país islámico (85 % shií, 12 % suní) han tenido mucho que ver en la decisión tomada por la Federación Iraní de Natación, la cual aduce a través de la encargada de la sección femenina que <<dichas pruebas no están permitidas por el Ministerio de Deporte>>.

Elham Asghari, totalmente indignada tras saber la decisión, grabó un vídeo en Youtube denunciado la situación por la que le estaban haciendo pasar y dio una entrevista al diario británico The elhamGuardian, donde cargaba contra quienes le habían denegado el récord y les acusaba de no poder nadar “más de veinte metros”. Su proeza, grande donde las haya, le llevó a cruzar un brazo de mar al norte de Irán, en el Mar Caspio, vestida con un incómodo hiyab que pesaba mojado más de seis kilos. Con todo, Elham se veía con fuerzas para conseguir la prueba y aceptó el daño que le producirían las rozaduras e incomodidades propias de la tela islámica, absolutamente obligatoria para las competidoras iraníes. No valió para nada y las tradiciones arcaicas y misóginas de hace ya catorce siglos hicieron acto de presencia.

Desde aquí y gracias a la oportunidad brindada por los amig@s que nos acompañan en nuestro cometido, queremos denunciar y dar a conocer la injusta situación en que se encuentra la nadadora, a quien felicitamos por tener el valor de enfrentarse a las autoridades islámicas de Irán y querer luchar por los derechos que le corresponden desde un principio. Asuntos como el deporte no se tendrían que ver nunca inmersos en cuestiones religiosas, y menos para denigrar a la mujer de tal manera que no se le reconocen los logros que ha conseguido gracias a su esfuerzo, sudor y sobre todo ganas. Nadar los 20 kilómetros fue su primera victoria y tener el coraje de denunciar tan estúpida situación es, sin duda, la segunda. ¡Nuestra más sincera enhorabuena por ambas!
 

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