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domingo, 13 de octubre de 2013

El Gobierno incluirá a los mártires en el registro de la Memoria Histórica

 

Hoy 522 víctimas de la persecución religiosa que vivió nuestro país en la década de los 30 del siglo pasado subirán a los altares. La mayor macrobeatificación de la historia de la Iglesia en España reconocerá la vida entregada de religiosos, sacerdotes y laicos que fueron asesinados por el mero hecho de ser cristianos durante la Guerra Civil y los años previos.

Justo hace una semana, LA RAZÓN denunciaba que en el registro sobre las víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo creado por el Ejecutivo socialista bajo el paraguas de la Ley de Memoria Histórica –y en el que aparecen más de 750.000 nombres– no está ninguno de estos 522 ciudadanos que, sin pertenecer a ningún bando ni identificarse con ideología alguna, fueron ajusticiados. Sólo por su fe. Y eso que la ley socialista buscaba honrar y recuperar «para siempre a todos los que directamente padecieron las injusticias y agravios producidos, por unos y otros motivos políticos o ideológicos o de creencias religiosas en aquellos dolorosos períodos de nuestra historia».
Según ha podido confirmar este diario, el Gobierno tiene «voluntad» de ampliar la base de datos para incluir en ella a los mártires que hoy serían beatificados, a los que habría que sumar los 1.001 beatificados por Juan Pablo II y Benedicto XVI.

Desde la Secretaría de Estado de Cultura, de la que depende este registro, aseguran, se busca «cumplir la legislación vigente», lo que exige «incluir a todas las víctimas, no sólo a las de un lado u otro, a todas». En este ejercicio de ecuanimidad, ya forman parte de esta base de datos nombres como el del escritor Pedro Muñoz Seca, fallecido en la matanza de Paracuellos.

De esta manera, se dice adiós a la memoria «selectiva» que hasta la fecha ha tenido este patrimonio documental online que desterraba a los católicos ajusticiados, pero sí incluía a los verdugos de los nuevos beatos. Basta teclear los nombres y apellidos del joven sacerdote menorquín Juan Huguet; la búsqueda resultaba fallida. No ocurría lo mismo con Pedro Marqués Barber, el brigada que apretó el gatillo el 23 de julio de 1936. En el buscador aparece, tras ser condenado a muerte precisamente por el asesinato de Huguet. Antes de morir, Marqués no sólo se mostró arrepentido del crimen y se manifestó de acuerdo con la pena impuesta, sino que además se confesó y recibió la comunión.

Eso sí, la ampliación del registro tendrá hacerse a coste cero, «en función de la disponibilidad presupuestaria», teniendo en cuenta los ajustes llevados a cabo por el Gobierno para dar salida a la actual coyuntura económica, que ha llevado dejar sin dotación dentro de los presupuestos de 2014 las partidas relacionadas directamente con la Ley de Memoria Histórica. Pero hasta que ese momento llegue, para llevar a cabo esta labor documental hasta entonces se contará con los recursos informáticos de la Subdirección General de Archivos Estatales, dependientes del Ministerio de Educación y Cultura, y que gestiona y administra el Portal de Víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo, que vio la luz en 2010 de la mano de la ministra Ángeles González-Sinde. Dentro de estos planes, el Ejecutivo también pretende unificar en una sola unidad los dos organismos que actualmente se ocupan de la atención a las víctimas del franquismo y la Guerra Civil, que ahora dependen uno del Ministerio de Justicia y otro de Presidencia.

Carmen Madinabeitia. Sobrina de Norberto José, mártir de La Salle

«Siempre le hemos considerado un santo»

María del Carmen no puede contener la emoción. Horas antes de que su tío sea proclamado beato, después de ser asesinado durante la Guerra Civil junto a otros seis hermanos de La Salle, explica a LA RAZÓN cómo falleció este religioso dedicado a la enseñanza a través de la editorial Bruño.

(vía larazon.es)

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