Por Daniel Rivera Vargas
Toa Baja - Didi López estaba esta tarde a pasos de la playa, pero su mirada no estaba puesta en el mar, sino al otro lado. Allí, muy cerca del agua, observaba un enorme objeto recién colocado que, con el aval del gobierno municipal y respaldado por miembros de diferentes iglesias que se inauguró hoy con el nombre de "monumento a la fe".
Con banderitas en las manos, una de las cuáles leía "Toa Baja para Cristo", López, de 59 años , dijo que estaba auspiciando la visión de un hermano pastor de una congregación de Levittown, Toa Baja, de levantar un monumento de oración que sirviera de llamado a la importancia de buscar de Dios y pedir misericordia ante las amenazas de tsunamis y terremotos que, según las autoridades, podría afectar en algún momento al país.
"Estamos haciendo lo que Dios nos mandó: predicar el evangelio a toda criatura", dijo López, vecina del área pero feligrés de la Iglesia de Dios Pentecostal del sector Royal Town, de Bayamón.
La estructura, según fue descrita, pesa cerca de ocho toneladas y mide siete pies de alto. Preparar el monumento costó unos $4,500 de fondos de las iglesias del área. La piedra fue donada por el Municipio al pastor y se cedió un pequeño pedazo de tierra al lado de la playa para levantar la estructura.
Igual que López, decenas de personas asistieron hoy a la develación del monumento.
En una mesa, el pastor y capellán Raúl Nieves, de la Iglesia Sonará La Trompeta, de Levittown, repartía folletos junto a Norma Nevárez, parte del grupo de capellanes. Pero no se trataba de propaganda de corte religioso, sino de agencias de gobierno con orientación de cómo encarar una desgracia.
"Esto es para que la gente se prepare", dijo Nevárez sin levantar la vista de los folletos que entregaba a alguno de los feligreses en la actividad.
Poco antes de las 2:00 p.m. y luego de varios cortos mensajes, oraciones y canciones, se develó el monumento. Los asistentes que tomaban fotos con sus celulares asentían mientras se leía el mensaje de la tarja, el versículo bíblico de Segunda de Crónicas, capítulo 7, verso 14: "Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.
El pastor Avildasir Díaz, de la Iglesia Pentecostal Unión Cristiana y Misionera fue el forjador de la idea. Díaz contó que en medio de un ayuno recibió instrucción divina a finales del año pasado para levantar la estructura.
"Dios me habló y me dijo que convocara al pueblo de Toa Baja y sus pastores", dijo Díaz bajo un fuerte sol.
La idea, dijo, es exhortar a la ciudadanía a pedirle a Dios para que los cuide del fenómeno natural que pueda afectar la Isla. Precisó que por años, se especula que pronto habrá un terremoto o tsunami en Puerto Rico.
Más aún, según el pastor y el alcalde Aníbal Vega Borges, la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA) revisó el año pasado sus proyecciones del efecto de un tsunami en el área y las olas podrían ser de diez pies y afectar prácticamente todo el municipio de Toa Baja, excepto los barrios altos rurales.
El alcalde descartó que la estructura vaya a fomentar el miedo en la ciudadanía por ser una especie de recordatorio permanente de que el área es propensa a tsunami. Tampoco vio que haya conflicto por la separación constitucional de Iglesia y Estado. Por el contrario, entiende que se fomenta la integración de miembros de la iglesia en la capacitación para desastres.
"Ya tenemos unos 400 feligreses preparados para atender emergencias y esperamos en los próximos seis meses tener 800", dijo Vega Borges.
"Lo que esperamos es que el pueblo de Toa Baja, en este acto de fe, se humillare y que Dios tenga misericordia de nosotros en el día del desastre, en el día del mal", indicó el pastor Díaz.
(vía primerahora.com)
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