Aquellos musulmanes que se convierten al cristianismo, se arriesgan a ser asesinados por honor, y los trabajadores extranjeros cristianos, sufren el abuso de los jefes.
Todo ciudadano debe ceñirse al islam, por lo que cualquier conversión a otra religión está castigada con la pena de muerte. Está prohibido llevar a cabo cualquier acto religioso cristiano, quien desobedezca, se arriesga a ser encarcelado, azotado, torturado y deportado. Está prohibido evangelizar a musulmanes. Distribuir material no-musulmán es ilegal. Aquellos musulmanes que se convierten al cristianismo, se arriesgan a ser asesinados por honor, y los trabajadores extranjeros cristianos, sufren el abuso de los jefes. A pesar de todo esto, la gente está respondiendo a los programas de televisión y a los sueños por los que Dios les habla.
En concreto, los trabajadores asiáticos y africanos son perseguidos por su creencia religiosa. En este sentido, en 2013 varios trabajadores cristianos fueron perseguidos por la policía religiosa.
La ONG subraya que mientras que la situación política no cambie tampoco lo hará la situación de los cristianos.
(vía teinteresa.es)
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