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sábado, 26 de julio de 2014

Expertas critican la influencia de la religión en políticas de salud sexual

LERY LAURA PIÑAEL PAÍS
Magaly Caram, Francisco Álvarez y Carmen Barroso

SANTO DOMINGO (R. Dominicana).- La alarmante tasa de embarazo en adolescentes en República Dominicana, que es uno de los países con indicadores más altos de América, está vinculada a la falta de prioridad con que se ha abordado el tema desde las políticas públicas.

Así lo consideró este jueves Carmen Barroso, directora para occidente de la Federación Internacional de Planificación de la Familia (IPPF), durante una rueda de prensa encabezada por esa entidad y Profamilia.

La gravedad del problema se refleja en los datos oficiales, que hacen referencia a que el 22.1% de las adolescentes que tienen entre 15 y 19 años han estado embarazadas en al menos una ocasión.

Barroso entiende que es “una paradoja” el hecho de que en el Caribe se registren avances en varios indicadores de desarrollo humano, pero los embarazos a destiempo son un problema que ha progresado considerablemente en los últimos años.

La experta resaltó la necesidad de modificar la voluntad política y priorizar esta temática. En ese sentido, manifestó su aspiración a que políticas para implementar la educación sexual sean consideradas como objetivos del milenio a partir de 2015, año en que los países que conforman Naciones Unidas fijarán las nuevas metas.

Indicó que, en parte, la falta de prioridad “reside en la resistencia que ponen algunas religiones” a reconocer la importancia de los derechos sexuales y reproductivos y su enseñanza en el ámbito escolar.

Esto se produce, entiende, por la ignorancia sobre la forma en que se concibe la educación sexual y al hecho de que muchos religiosos la confundan con un estímulo para la “práctica sexual indiscriminada”.

 “En primer lugar, no conocen la literatura científica”, dijo. Luego, agrega que interpretan, erróneamente, que la educación sexual “provoca una iniciación sexual más temprana”.

Ante esta situación, consideró que es preciso informar más sobre los efectos científicos de la educación sexual.

“Resulta muy escandaloso que en pleno siglo XX continuemos teniendo interferencia religiosa en estados que son plurales”, dijo.

Por su parte, la directora de Profamilia, Magaly Caram, manifestó que el Estado no puede seguir definiendo las políticas públicas en base a la religión, sino a partir de las destacadas evidencias que arrojan las estadísticas.

Cuestionó que la jerarquía católica rechace la educación integral en sexualidad, el uso de anticonceptivos modernos (usados por el 68% de las mujeres) y el aborto por razones de salud de la mujer o violación.

“Hacia donde debemos tender es a luchar porque políticamente se dé una separación entre el rol de la Iglesia y el del Estado”, expresó.


Las declaraciones se produjeron durante una rueda de prensa llevada a cabo este jueves para anunciar el inicio de la reunión del consejo regional la Federación Internacional de Planificación de la Familia (IPPF), que está integrada por 41 organizaciones en todo el hemisferio.

(vía 7dias.com.do)

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