La comisión designada por el papa para promover medidas que protejan a los menores se ha reunido este fin de semana con el objetivo de, entre otras cosas, diseñar el programa que seguirá en el futuro y para estudiar la inclusión de nuevos miembros.
Fuentes del Vaticano señalaron que estos encuentros fueron programados para definir los estatutos de la comisión, estudiar las propuestas de nuevos miembros -que según la prensa podrían provenir de Asia y de África- ydefinir un programa futuro.
Esta nueva institución responde alproceso acelerado por el papa Francisco para garantizar la tutela de la infancia y para prevenir los casos de pederastia en la Iglesia Católica, salpicada en los últimos tiempos por múltiples escándalos de esa índole.
Fue anunciada el pasado 15 de diciembre y su creación deriva de la recomendación del conocido como G8 vaticano, el grupo de cardenales que asesoran al papa en sus planes reformistas.
Este afán de protección llevó al pontífice argentino a instituir esta comisión y a integrar en ella a nueve miembros, entre los que se encuentran varios expertos en psiquiatría, la irlandesa Marie Collins, víctima de abusos durante su infancia, o el teólogo argentino Humberto Miguel Yáñez Molina.
En concreto, el resto de miembros son el experto jurista italiano Claudio Papale, la psicóloga francesa Catherine Bonnet, la exprimera ministra de Polonia Hanna Suchocka, la psiquiatra inglesa Sheila Hollins y el alemán Hans Zollner, además del purpurado Sean Patrick O'Malley, presidente del ente.
Asimismo, Bergoglio añadió el pasado mes a un nuevo miembro a la comisión que asumió el papel de secretario de la misma: el estadounidense Robert W. Oliver, anterior promotor de justicia (fiscal) de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el antiguo Santo Oficio.
Su primera reunión se produciría en mayo, casi cinco meses después de su fundación.
La comisión para la tutela de la infancia es una muestra más de la preocupación de Bergoglio por los más pequeños, a quienes considera pieza indispensable de la sociedad porque "llevan adelante la fuerza de la historia".
Su compromiso a este respecto ha sido claro desde el inicio de su ministerio petrino y, por esta razón, llegó incluso a pedir perdón en varias ocasiones por las violaciones y los abusos a menores de edad por parte de miembros del clero.
La primera ocasión se produjo el pasado 11 de abril, cuando ante la delegación de la Oficina Internacional Católica de la Infancia (BICE), el papa argentino dijo "hacerse cargo" de todo el mal que algunos sacerdotes habían causado.
"Me siento interpelado a hacerme cargo de todo el mal que algunos sacerdotes, bastantes, bastantes en número, no en comparación con la totalidad (han hecho). (Quiero) hacerme cargo de pedir perdón del daño que han hecho por los abusos sexuales de los niños", afirmó el papa entonces.
Señaló además que "la Iglesia es consciente de este daño", pero que su intención no es la de omitir este problema sino que "las sanciones deben ser aplicadas".
"Creo que debemos ser muy fuertes.¡Con los niños no se bromea!", sentenció.
Tres meses después, Francisco recibió en su residencia Santa Marta a ungrupo formado por seis personas -tres hombres y tres mujeres- víctimas de abusos sexuales en su niñez, ante quienes reiteró sus disculpas por lo que consideró graves y delictivos "pecados de omisión".
"Humildemente pido perdón", dijo el papa, al tiempo que reconocía que los líderes de la Iglesia "no han respondido adecuadamente a las denuncias de abuso presentadas por familiares y por aquellos que fueron víctimas del abuso".
Un gesto este que la Santa Sede describió como un "paso importante en un camino positivo de saneamiento y reconciliación para el futuro"
Pero no solo en palabras se basa la política sobre la infancia de Francisco sino que ya ha demostrado que no dará su brazo a torcer y tomará las medidas que sean necesarias para frenar este fenómeno, que ha marcado los pilares de la barca del Apóstol San Pedro.
Muestra de ello fue su decisión sin precedentes de poner bajo arresto domiciliario al que fuera nuncio apostólico en la República Dominicana, el polaco Josef Wesolowski, acusado de pederastia y de poseer pornografía infantil.
Por esta razón Wesolowski, de 66 años, fue destituido de su cargo a finales de agosto de 2013 y el pasado junio expulsado del sacerdocio tras un proceso canónico instruido por la Congregación de la Doctrina de la Fe.
Ahora encara otro proceso de tipo penal dentro de la jurisdicción vaticana.
(Via RD/Agencias)
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