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domingo, 23 de noviembre de 2014

Se cierra iglesia por falta de clientela

¿El barrio de Zaramaga de la capital alavesa ha perdido la fe? Si la espiritualidad se mide por el número de personas que acuden a misa, podría decirse que sí, pero sería una conclusión "poco sopesada". Así lo ven los sacerdotes de la unidad pastoral de la zona que prefieren no apresurarse a buscar responsables de la caída notable de adeptos.

Los religiosos consideran que esa merma está directamente relacionada con la pérdida de población del barrio. Antaño, cada domingo a las doce, la parroquia de San Francisco se llenaba pese a ser una de las más amplias de Vitoria-Gasteiz. "Caben 500 personas sentadas. Ahora no se ocupan ni la mitad de los bancos. Viene unos 150 en día de buena entrada", confiesa el sacerdote Satur Yanguas. El envejecido barrio ha perdido en los últimos diez años 10.000 vecinos y ese descenso se deja notar en también en la bancada católica del templo. "Cuando faltan feligreses en este recinto se evidencia más porque es muy grande. En proporción el descenso de fieles ha sido similar al de otras iglesias, pero aquí, por su amplitud, se deja notar más", matiza el párroco.

Además de una merma en el número de potenciales feligreses, escasean los sacerdotes. En años de bonanza el equipo de Zaramaga estaba formado por 10 curas. Pasaron a siete, después a cuatro y actualmente quedan tres y uno de ellos de edad muy avanzada. Con ese menguado plantel se hacía difícil atender las tres iglesias de Zaramaga.

La última misa de San Francisco de Asís, sin fecha

Ante estas dificultades el Obispado se planteó reorganizar los servicios de los templos y la reestructuración conlleva sacrificar la emblemática parroquia de San Francisco de Vitoria-Gasteiz. Esta parroquia es conocida por los hechos ocurridos el 3 de marzo de 1976, pocos meses después de la muerte del dictador Francisco Franco durante una jornada de huelga. Las misas en el recinto se van a suspender en breve para destinar el espacio a otros usos. Se ha decidido emplazar allí la Casa de la Palabra, un servicio diocesano de animación bíblica de la pastoral y estudian ceder espacio en el recinto a algunos programas caritativo de la Iglesia o a una colección de belenes donada por un particular.

Los feligreses fueron los primeros en conocer la noticia. Se les informó el pasado domingo tras la misa. "Se trata de una decisión dolorosa que aceptamos con resignación, tanto los sacerdotes como los parroquianos", reconoce Satur Yanguas.

El obispo monseñor Asurmendi presidirá una eucaristía dominical para trasladar personalmente a los feligreses la decisión que ya conocen y informarles de la fecha de celebración de la última misa de San Francisco de Asís.

(Via eldiario.es)

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