Notimex | Nacional - Miércoles 15 de Dic., 2010
México - La Iglesia católica no pretende imponer una religión de Estado, pero exige una mayor libertad para expresar su punto de vista ante la plaza pública, expresó el obispo de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi.
El jerarca católico planteó que “no basta la libertad de credo y de culto; necesitamos libertad de expresión”.
A propósito de la aparición del libro “La Iglesia contra México”, donde un variado grupo de intelectuales, políticos, líderes sociales analistas y comunicadores critican la postura de la Iglesia católica en diversos temas sociales y políticos, el obispo reivindicó el derecho de la Iglesia a sustentar sus posturas.
Hizo notar que en un Estado realmente democrático se deben reconocer y respetar la libertad de expresión en un ambiente de plena libertad religiosa, no únicamente para los ministros católicos sino para los de toda las confesiones.
En respuesta al señalamiento puntual de la censura expuesta en el libro contra la Iglesia católica a la que le reprochan su oposición al laicismo, al aborto, a la píldora anticonceptiva, al matrimonio y a la adopción entre personas del mismo sexo, el religioso opuso los valores de la Iglesia.
De la misma manera, ante los señalamientos de que la Iglesia católica pretende imponer su moral particular en las políticas públicas y que haya una religión de Estado subordinada a las leyes de Dios, o por el encubrimiento de abusos sexuales por parte de clérigos, opinó que son acusaciones parciales y tendenciosas cargadas de ideología.
De manera general, el obispo de San Cristóbal subrayó que independientemente de lo que digan los intelectuales, políticos y líderes sociales, “el pueblo sencillo nos aprecia, nos valora y nos tiene confianza”.
Relató que en sus visitas a las comunidades, sobre todo a las de población campesina e indígena, los representantes de la Iglesia son recibidos con vallas, confeti, collares de flores, vivas, saludos efusivos y son agasajados con tortillas hechas a mano y un rico caldo de gallina de rancho.
Los pobres y los que sufren siempre acuden con confianza en busca de ayuda a la Iglesia, “si estuviéramos en contra de México no habría este cariño tan entrañable hacia nosotros, ¿será esto lo que les causa encono?”, preguntó.
Arizmendi citó al papa Benedicto XVI para reiterar que los representantes de la Iglesia deben pronunciarse invariablemente contra toda acción que consideren intrínsecamente mala o incompatible con la dignidad humana.
Por tanto, añadió, “sería totalmente falsa e ilusoria cualquier defensa de lo derechos humanos políticos, económicos y sociales que no incluyeran la enérgica defensa del derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural”.
Con esta premisa, el obispo de San Cristóbal dijo que no hay razón para temer la oposición o impopularidad de sus posturas, así que no debe preocuparse de lo que difundan intelectuales políticos o líderes sociales que la acusen de militar contra México.
(vía www.cronica.com.mx)
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