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martes, 23 de agosto de 2011

El fanatismo religioso

Juan Carlos Ruiz Vásquez

Confieso que no estoy de acuerdo con el fanatismo religioso provenga de donde provenga. Así sea del cristianismo (catolicismo), del islamismo, del judaísmo o del poco conocido zoroastrismo, para citar sólo las corrientes monoteístas más extendidas o conocidas.
Y digo esto a propósito de la visita que realiza el Papa Benedicto XVI a Madrid dentro de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en la que se ha conocido que un joven de 24 años de edad de nacionalidad mexicana fue detenido después de que las autoridades descubrieran que tenía la intención de atentar contra las personas que se oponían al viaje del máximo jerarca de la iglesia católica.

José Albano Pérez Bautista, que estaba inscrito como voluntario de estas jornadas de la juventud, manifestó en un foro de internet que contaba con todas las sustancias químicas para llevar a cabo su plan. El joven disponía de 200 litros de ácido clorhídrico y de unas 50 botellas de bromuro de bencilo con los que pretendía elaborar "una mezcla asfixiante". Además expresó que tenía algunos contactos para adquirir "unos cuantos kilos" de gas cloro "para esparcirlo en ampollas de 100 mililitros". La policía no se lo pensó dos veces y tras investigar que este chico  se encontraba en España estudiando en el Instituto de Química Orgánica General del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), procedió a su respectiva detención.

Las autoridades revelaron que en los días previos a la Jornada Mundial de la Juventud este estudiante de química orgánica había participado en varios foros de corte ultraconservador y de seguidores acérrimos del cristianismo. En sus intervenciones no evitaba calificativos muy despectivos contra los laicos o personas que no estaban de acuerdo con la visita del Papa a Madrid. Afirmaba que “había que acabar con ellos lo antes posible y que para ello bastaba con fabricar gas sarín” —un gas letal utilizado en el atentado en el metro de Tokio— con el que podrían morir entre 200 y 400 personas al mismo tiempo.

Aún están frescas en nuestra memoria las espantosas escenas de Oslo (Noruega) protagonizadas por otro individuo del mismo estilo que sesgado por sus creencias religiosas y políticas mató a 92 personas en un doble atentado. Anders Behring Breivik, de 32 años, también expresaba abiertamente en distintos foros y en las redes sociales su repudio al islam y al mestizaje multicultural.

La historia está llena de hechos violentos provocados por fanáticos religiosos. No haré un tratado sobre el tema, ni me remontaré a los siglos XVI y XVII para hablar de esta lacra. Sólo me basta echar un vistazo a la historia reciente de la Yihad para meternos en ese entramado de la guerra santa de los musulmanes.

Mi madre (Q.E.P.D.) una mujer entrega al catolicismo —fue una servidora conocida en la Parroquia de San Judas Tadeo en el barrio de Las Granjas— muy sabiamente me dijo un día que teníamos que respetar a las demás personas así pensaran lo que pensaran en cuanto a la religión y a los partidos políticos. Este oportuno consejo me marcó para toda la vida y me ha hecho entender aún más que el fanatismo religioso a nada conduce.

(vía diariodelhuila.com)

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