El proceso aleja el peligro del radicalismo musulmán pero también dificulta la integración en los valores de la república
JUAN PEDRO QUIÑONERO - Ambiente musulmán en la periferia de París
La periferia urbana de París se está islamizando, en detrimento de los islamistas radicales y del Estado francés. Los nuevos musulmanes franceses instalados en la periferia de la capital se refugian en la religión y sus prácticas culturales tradicionales, alejándose al mismo tiempo del islam revolucionario y los principios republicanos enseñados en la escuela pública. Esas son algunas de las principales conclusiones de un estudio realizado por varios especialistas, dirigidos por Gilles Kepel, por cuenta del Institut Montaigne, un think-thank liberal.
Kepel publicó en 1985 un estudio de referencia, «Les Banlieus de l'Islam», y ha escrito el balance final de cinco años de estudio de campo en la periferia parisina, llegando a conclusiones de este tipo: «La creencia religiosa es más estructurante que la creencia republicana en la periferia urbana de París».
Esa realidad se traduce de manera muy gráfica: «Se han intensificado las prácticas religiosas. Se ha generalizado la práctica del ramadán. Muchos niños no van a las cantinas escolares, porque en las cantinas no se ofrece comida halal. La piedad musulmana de nuevo cuño también es una «compensación» contra el sentimiento de injusticia e indignidad social. El Estado ha construido muchas infraestructuras. Pero falta lo esencial. La integración republicana ha dejado de funcionar. ¿Cómo creer en la Republica, el Estado republicano, cuando casi toda la familia está en el paro y es una evidencia la no integración social y cultural...?».
En Francia hay entre 5 y 6 millones de musulmanes. Pero la gran mayoría viven en la periferia de las grandes ciudades, París, Lyon, Marsella, Burdeos, entre muchas otras. El estudio del Institut Montaigne no insiste en los detalles cifrados de esa realidad social. Prefiere analizar su dimensión cultural, religiosa: la islamización de una zona urbana particular, la periferia de París, donde los valores del islam están suplantando a los valores de la República.
Pros y contras
Según Kepel, director del estudio, ese proceso tiene aspectos positivos y negativos. El factor más positivo de la islamización cultural, parcial, de la periferia parisina, quizá sea la lucha contra la droga. Los imanes moderados han contribuido de manera decisiva, a su juicio, en la lucha contra el tráfico de drogas duras, durante los últimos veinte años.
Combate de carácter cultural: el tráfico de drogas duras ha sido eficazmente combatido por razones culturales de fondo. El aspecto más negativo del proceso en curso quizá sea la sustitución de los valores republicanos por los valores islámicos, en la vida diaria de una parte significativa de la periferia parisina.
A juicio de Kepel y su equipo hay un aspecto potencialmente positivo, pero imprevisible, de la islamización de la periferia parisina: el diálogo con las revueltas y revoluciones árabes... «Lo esencial de nuestro trabajo -dice Kepel- se realizó antes del estallido de las revueltas árabes. Pero hay un diálogo muy vivo, entre los jóvenes, en el marco de la mundialización. Quizá sea imposible hacer predicciones. A título personal, me declaro optimista. En estos barrios, en crisis, hay potencial positivo muy alto. Integrarlos será la gran tarea del futuro presidente de la República».
(vía abc.es)
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