Judith García / El Sol de México
Ciudad de México.- La Arquidiócesis Primada de México advirtió que cuando la autoridad se sale del marco legal desde donde puede y debe gobernar, "no hay obligación de tributarle obediencia, y si se opone abiertamente a los derechos humanos fundamentales, entonces hay que negarle la obediencia".
En su mensaje, la institución religiosa respondió, sin mencionar el caso de la sanción que la Secretaría de Gobernación pretende aplicar al director general de Comunicación Social de la Arquidiócesis, Hugo Valdemar, presuntamente por promover el voto contra el PRD.
En su homilía dominical dejó claro la primera afirmación de Jesús es una rotunda defensa del respeto y la obediencia que se debe a la autoridad civil legítimamente constituida o aceptada por el pueblo.
Precisó que el alcance del poder temporal tiene un horizonte muy amplio, tiene su legítima autonomía, como lo declaró el Concilio Vaticano II. Abarca todo aquello que está destinado al bien de la comunidad, al marco jurídico-legal aprobado por la mayoría del pueblo o de sus legítimos representantes. "Hay que obedecer al gobierno en todas las leyes y normas que tienen como meta los derechos humanos y sus deberes correspondientes".
En contrapartida, subrayó, la autoridad civil tiene como límites todo aquello que va en contra de los ciudadanos, porque el poder del gobernante no tiene más función que el servicio efectivo al pueblo que lo eligió o aceptó.
Y preguntó: ¿Puede la Iglesia meterse en política? ¿debe hacerlo? Y si puede y debe hacerlo ¿cómo? He aquí una triple cuestión de gran importancia y actualidad. Cómo conciliar vida de Iglesia y política. Cómo conciliar estos dos elementos, para superar uno de los problemas más serios que tenemos a nivel nacional, la separación entre fe y vida.
Consideró que no hace falta que se ponga el nombre de Dios al frente de la Constitución, pero sí que se respete su presencia en la conciencia de los creyentes.
Los gobernantes deben legalizar y proteger en la práctica la libertad de conciencia, de religión y de culto para que los ciudadanos puedan profesar, privada y públicamente su amor y respeto a Dios, como individuos y como grupo, en la intimidad de su vida y en la sociedad en que conviven.
Este deber de "dar a Dios lo que es de Dios" no sólo compete al Estado, sino que urge también a cada uno de los hombres y sociedades intermedias, que debemos poner la obediencia a Dios por encima del respeto al César.
Dijo que la Iglesia siendo la continuadora de Jesús en la historia, "podemos concluir que puede y debe meterse en política como lo hizo Jesús". Es decir, precisó recordando a los cristianos y a los hombres en general que deben obedecer y respetar a la autoridad en todo y sólo aquello que se dirija en bien de la comunidad.
Recordando a la autoridad civil que sólo tiene poder para legislar en favor de los derechos y deberes humanos sin oponerse a los divinos. Indicó que si la Iglesia quiere ser fiel a su Maestro no puede descuidar la dimensión social del cristianismo, que nos manda dar al César lo que es del César, obedeciendo todas las leyes justas, pero también, defendiendo siempre la dimensión religiosa de la vida humana, que nos ordena dar a Dios lo que es de Dios.
(vía oem.com.mx)
Nota de Ateorizar: Ahora resulta que la iglesia que más derechos humanos ha violado, quiere que se respeten los derechos humanos. Así cualquiera…
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