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domingo, 22 de abril de 2012

Mueren dos tibetanos en nuevas inmolaciones en el oeste de China

Dos jóvenes tibetanos murieron al prenderse fuego en una protesta junto a un edificio gubernamental en la prefectura de Aba (provincia de Sichuan, oeste de China), en la que en el último año se han producido una treintena de incidentes de este tipo.

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Pekín - Dos jóvenes tibetanos murieron al prenderse fuego en una protesta junto a un edificio gubernamental en la prefectura de Aba (provincia de Sichuan, oeste de China), en la que en el último año se han producido una treintena de incidentes de este tipo.

Según informó la Campaña Internacional por el Tíbet, organización con sede en EEUU, los fallecidos eran Choepak Kyap y Sonam (muchos nombres tibetanos no tienen apellido), quienes protagonizaron la protesta ayer, jueves, en la localidad de Barma de la comarca de Dzamthang, cerca del monasterio de Jonang.

"Aunque fuerzas paramilitares fueron enviadas inmediatamente, la población local les impidió que se llevaran los cadáveres", pues deseaban llevarlos al monasterio para celebrar un funeral con arreglo a las doctrinas budistas, señaló la organización citando testigos del suceso.

Los paramilitares, además, tuvieron que retirarse de la zona al encontrarse fuerte resistencia de los vecinos, que se concentraron en el lugar tras el suceso, una situación que se ha repetido en muchas de las ocasiones en que se han producido estas inmolaciones.

Dzamthang ha sido escenario de fuertes tensiones en lo que va de año, y fue el lugar donde el pasado 26 de enero la policía mató de un disparo a un tibetano durante unas protestas.

Más tarde, el 19 de febrero, un monje tibetano de 18 años murió en la misma comarca al quemarse a lo bonzo, relató la organización.

Los manifestantes en Dzamthang (Rangtang para los chinos) llegaron a asegurar que las inmolaciones eran actos para reivindicar la libertad en el Tíbet y el retorno del líder religioso de la etnia, el Dalai Lama, y que continuarían hasta que sus demandas no fueran respondidas.

Dzamthang, explica la Campaña Internacional por el Tíbet, es una remota y casi inaccesible zona de población tibetana, por lo que ha sido siempre muy difícil de controlar por las autoridades chinas y en ocasiones ha estado aislada de éstas.

Grupos independentistas en el exilio señalan que estas acciones son fruto de la desesperación del pueblo tibetano por la represión de su cultura y religión, ya que muchos de los que se suicidan corean en el momento de su muerte consignas a favor de la libertad en el Tíbet o del retorno a la región del Dalai Lama.

Pekín, por su parte, acusa a ese líder religioso de no usar su influencia para detener las inmolaciones o incluso de instigarlas, si bien el Nobel de la Paz en 1989 ha señalado públicamente que estos actos deben detenerse.

El régimen comunista, por otro lado, intenta ganarse a algunos monjes tibetanos para frenar el descontento, y así la agencia Xinhua anunció hoy que el gobierno de la región autónoma del Tíbet, dependiente de Pekín, premió ayer jueves a 59 monasterios y 6.773 religiosos locales por su "comportamiento modélico".

Cada uno de los monjes recibió un trofeo conmemorativo y 4.000 yuanes (unos 635 dólares o 450 euros), un premio que se concede también a quienes "respeten la ley y muestren patriotismo", según la nota oficial.

También se ha comenzado a instaurar, en respuesta a la ola de inmolaciones, programas de pensiones y servicios médicos para los monjes budistas.

China considera al Tíbet parte del país desde hace siglos, por uniones dinásticas en la época imperial, mientras que para los tibetanos en el exilio el "Techo del Mundo" era virtualmente independiente hasta que fue ocupado por el ejército comunista a principios de la década de los 50 del siglo pasado.

(vía noticias.lainformacion.com)

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