“Siéntase libre de ofenderme”, dicen quienes piden la Reforma de la Ley de Orden Público, que ha llevado a arrestos incomprensibles de ciudadanos.
LONDRES
“¿Quién debería decidir qué palabras o ideas son ofensivas?”. Este es el interrogante que plantea “Reform Section 5”, una plataforma de ciudadanos del Reino Unido que está buscando apoyos para acabar con la ambigüedad de una normativa legal que ha llevado al arresto policial de personas por el simple hecho de defender opiniones políticamente incorrectas.
Desde predicadores cristianos hasta ateos. Desde activistas gays hasta propietarios de bares o hostales. La plataforma “Reform Section 5” aglutina a todo tipo de ciudadanos que consideran que Inglaterra tiende hacia más y más recortes en la libertad de expresión.
Concretamente, la plataforma habla de la “erosión de los derechos civiles”. Las multas y detenciones por expresar opiniones controvertidas en la calle han llevado, opinan, a situaciones “surrealistas”. La intervención exagerada de la policía “para proteger el orden público” estaría alterando la libertad de conciencia.
Un vídeo de lanzado por la plataforma argumenta: “Imagínate vivir en un país en el que tanto predicar un religión como ridiculizarla pueda llevarte a ser arrestado… Imagínate un país en el que ‘ladrar a un perro’ o llamar ‘gay’ a un caballo de la policía pueda llevarte a los tribunales” .
DENUNCIAN ARRESTOS ABRITRARIOS
El arresto de personas por el simple hecho de expresar una opinión más o menos contundente ha creado un ambiente sobre el que la prensa ha informado ampliamente, en los últimos años. “Estoy harta de ver en los diarios esos crímenes ridículos de los que se informa” , dice Amanda Kerr, que escribe su queja en el perfil de Facebook de la pataforma .
Ejemplos reales van desde la advertencia de las autoridades a un pensionista por calificar la religión como un “cuento de hadas” hasta el otro extremo, una amenaza policial al propietario de un bar por proyectar textos de la Biblia en las pantallas de su local.
En este otro caso, como explicaba en un reportaje del Channel 4 de Inglaterra , la policía obliga a parar una protesta de un grupo de manifestantes pacíficos ante la sede de la Iglesia de la Cienciología. La amenaza de arresto y las multas se imponen porque sus consignas chocan supuestamente contra la Sección 5 de la Ley de Orden Público. Palabras como “mal”, “secta” y “lavado de cerebro”, interpretan los agentes de la policía, no son legales porque pueden resultar ofensivas.
¿QUIÉN DEFINE QUÉ ES UN INSULTO?
Los insultos son groseros y todos quisiéramos que hubiera muchos menos. Pero, ¿quién debería decidir si una palabra, un cartel o una idea es ofensiva?”, argumentan los impulsores del movimiento. “No debería ser la policía”, afirman.
El derecho a no ser represaliado por expresar una opinión impopular lo defienden tanto cristianos como ateos. Esto ha llevado a que formen parte de esta plataforma organizaciones tan opuestas como The Christian Institute (que trabaja para defender la libertad religiosa de los cristianos) y la National Secular Society (que une a los activistas a favor de la secularización de Gran Bretaña).
LA LEY EN CUESTIÓN
El centro de todo el debate es la Ley de Orden Público, aprobada en 1986. En su sección quinta dice que “una persona es culpable de una infracción (o delito) si expresa ideas que sean amenazadoras, insultantes u ofensivas o si causa en una tercera persona alarma, angustia o sensación de hostigamiento”.
Como explica el experto legal Neil Addison , la “aplicación de esta sección de la ley debería darse sólo si hay una amenaza de violencia”. Si no hay una amenaza al Orden Público, la aplicación es innecesaria.
“Esta sección no está ahí para proteger a la gente se ser ofendida, sino para proteger el orden público”. La respuesta de los cuerpos de la policía a esta objeción, es a menudo que deben proteger los Derechos Humanos de una persona, y que aplican la ley para evitar que se den comportamientos intimidadores.
“MR. BEAN” COMO PORTAVOZ ANTE LOS POLÍTICOS
Rowan Atkinson , más conocido como “Mister Bean”, ha sido el personaje público que más claramente se ha posicionado en la línea de “Reform Section 5”. Él fue el encargado de escribir y leer un comunicado hace unos meses en el que defendía las causas del movimiento en una recepción parlamentaria ( discurso en vídeo, en inglés, aquí ).
“Creo apasionadamente que la segunda cosa más importante en la vida es el derecho a expresarse libremente. La más importante es el tener algo que comer, y la tercera, tener un techo sobre la cabeza”, empieza el discurso de Atkinson. Durante su intervención, Atkinson recuerda que su trabajo de humorista es posible precisamente porque se permite que alguien pueda opinar negativamente o incluso ridiculizar la posición de otras personas.
El actor menciona algunos de los casos “más ridículos” que han acabado en los juzgados y que no han prosperado, y se pregunta por qué no empezar por reformar la ley, y evitar así desde un inicio que se den coacciones tan flagrantes a la libertad de expresión.
“LA CRÍTICA ES FÁCILMENTE INTERPRETADA COMO INSULTO”
“El claro problema de ilegalizar el insulto es que demasiadas cosas pueden interpretarse como tal”, sigue Atkinson. “La crítica es fácilmente interpretada como un insulto. Ridiculizar es interpretado a menudo como insulto. El sarcasmo es interpretado a menudo como insulto”,.
Y añade: “Es la Nueva Intolerancia , una nueva e intenso deseo de acallar voces inconfortables. ‘Yo no soy intolerante’, dice mucha gente. Y mucha gente altamente educada, de mente liberal, añade: ‘Sólo soy intolerante con la intolerancia’. Y la gente suele afirmar diciendo ‘Oh, qué palabras más sabias’. Pero si piensas sobre este argumento supuestamente irrebatible por más de cinco segundos, te das cuenta de que lo que se aboga es por cambiar un tipo de intolerancia por otro". "Prejuicios, injusticias y resentimiento no se solucionan arrestando a personas: se solucionan debatiendo, tratándolos abiertamente, preferiblemente fuera de los procesos legales ”, sigue el manifiesto.
“Para mí, la mejor forma de incrementar la resistencia de la sociedad a los discursos ofensivos es dejar que haya más de ello. Como en las enfermedades que tienen los niños, puedes resistir mejor esos gérmenes si estás expuesto a ellos”, concluye Atkinson.
PROS Y CONTRAS DE REFORMAR LA LEY
Los defensores de Reform Act 5 reconocen que garantizar la estricta libertad de expresión podría llevar a que más ciudadanos se expresen con ideas moralmente poco aceptables, pero que eso sería “el precio a pagar” para garantizar que las legítimas ideas (las que no van contra la ley) no puedan ser interpretadas como ofensa, siguiendo interpretaciones muy subjetivas de los agentes de la ley.
Se trata de acabar con la posibilidad de que alguien sea silenciado por expresar sus ideas sólo por el hecho de que pueda ser denunciado como ofensivo.
Además, se argumenta, en muchos casos en los que se han dado arrestos “por meras diferencias de opinión”, los jueces han acabado declarando inocentes a los supuestos infractores. Pero la aparición de esas personas en los medios de comunicación ha causado “daños irreparables en la honorabilidad y reputación de estos ciudadanos y en sus negocios”.
Un grupo de 65 parlamentarios de todos los partidos ya apoyaron en mayo de 2011 que se eliminara el concepto de “comportamiento ofensivo” de la redacción de la ley. El proceso sigue abierto, y “Reform Section 5” lucha ahora para que el cambio sea una realidad.
Puede leer aquí el discurso completo de Rowan Atkinson (en inglés) sobre la libertad de expresión. Para saber más sobre la plataforma “Reform Section 5” puede seguirles en Facebook y Twitter .
(vía protestantedigital.com)
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