Gerhard Ludwig Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, ha denunciado la existencia de una supuesta “campaña organizada” contra la iglesia por su postura en contra de los derechos LGTB, que ha comparado con la persecución sufrida por los judíos en la Europa del siglo pasado. Mientras tanto otro gerifalte vaticano, Vincenzo Paglia, se ha declarado a favor de proporcionar algún marco legal a las relaciones entre personas del mismo sexo (claramente diferenciado, eso sí, del matrimonio).
El diario alemán Die Welt ha publicado este sábado una entrevista con Müller, obispo emérito de Ratisbona y cabeza de la Congregación para la Doctrina de la Fe (el órgano vaticano encargado de supervisar la doctrina católica, que también ha sido conocido como Santo Oficio y como Santa Inquisición). En dicha entrevista el obispo ha comparado las críticas dirigidas a la iglesia católica por sus posturas homofóbicas con los progromos que asolaron Europa a lo largo del siglo XX, dirigidos en especial contra la minoría judía. Según Müller, los que atacan a la iglesia forman parte de una campaña organizada de desprestigio, reminiscente según él de la retórica utilizada contra el cristianismo por ideologías totalitarias como el nazismo y el comunismo. Un paralelismo especialmente desafortunado, teniendo en cuenta el sufrimiento padecido por tantos homosexuales a manos del nazismo, así como el controvertido papel de la iglesia durante los años del poder nazi.
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Esto es lo que parecería desprenderse de numerosos titulares, que describen las declaraciones del arzobispo Vincenzo Paglia -presidente del Consejo Pontificio para la Familia- a favor de conceder algún tipo de reconocimiento legal a las parejas homosexuales. Paglia también ha declarado que la iglesia debería hacer más para proteger a los gays y lesbianas perseguidos en países donde la homosexualidad está perseguida. No obstante, Paglia no ha dejado de reafirmar la oposición de la iglesia católica al matrimonio entre personas del mismo sexo, inscribiendo a las parejas homosexuales en otro tipo de relaciones que según él no constituyen una familia. Paglia ha evitado utilizar las palabras “amor” o “familia” para referirse a las relaciones homosexuales, rebajándolas a meros contratos privados entre personas convivientes, como los que podrían darse entre más de dos personas.
Lo cierto es que la jerarquía católica posee una capacidad sorprendente para modular su discurso sobre la homosexualidad en función del entorno en el que ejerce su acción homófoba. Si en la India, por mencionar un ejemplo conocido, se opone incluso a su despenalización, en Reino Unido, donde las parejas del mismo sexo ya se pueden unir civilmente y adoptar y de lo que se trata ahora es de impedir la aprobación del matrimonio igualitario, la misma iglesia reconocía hace pocos días que las parejas del mismo sexo pueden ser buenos padres.
(vía dosmanzanas.com)
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