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lunes, 18 de febrero de 2013

Los nuevos católicos

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Bruno, doctor en teología, cometió el "delito" de teorizar sobre la multiplicidad de los mundos y de la existencia de seres inteligentes más allá de nuestro planeta. También puso en duda la divinidad de Jesucristo y negaba el pecado original en los humanos. Esto molestó enormemente a las autoridades católicas, quienes lo encerraron por más de siete años en la prisión del Vaticano.

"En 1591 recibió una invitación para ir a Venecia de parte de Zuane Mocenigo, quien lo requería para aprender sobre el arte de la memoria. Las relaciones entre profesor y alumno no fructificaron, en parte porque Mocenigo tenía una idea de Bruno como un mago y no como el pensador que era. Al tratar de abandonarlo, Monciego lo denunció a la inquisición por las, según él, ideas herejes que le había transmitido. Bruno fue apresado por la inquisición e interrogado en Venecia, sin embargo, al ser solicitado por Roma fue trasladado a esa ciudad", dicen las crónicas acerca del suceso.

Sus obras fueron consumidas por el fuego de la intolerancia, la irracionalidad y la arbitrariedad del dogmatismo católico. Fue quemado vivo el 17 de febrero de 1600 en Campo dei Fiori, Roma.

Se comenta que antes de ser ejecutado por las manos salvajes de los verdugos religiosos uno de ellos le ofreció un crucifijo para besarlo, el cual rechazó y dijo que moriría como un mártir.

Aunque parezca ficción, hoy en día, varias personas alrededor del mundo, sin pensarlo, se convirten también en mártires a favor de la libertad o en contra de la pseudociencia y violencia religiosa.

La semana pasada un grupo de aldeanos linchó a una mujer que fracasó a la hora de curar a un enfermo con su "artes de brujería”, en el distrito de Sabrum, en el este de la India.

"Las fuerzas de seguridad han detenido a doce personas en relación con la muerte de la mujer, de 60 años y llamada Dharamsri, detalló un responsable policial del estado de Tripura, J. Sipal. Según dijo un policía local a la agencia local IANS, los agentes encontraron anoche el cuerpo de la mujer en un bosque, donde también se hallaban otras dos mujeres, al parecer ayudantes de la “bruja”, a quien la turba también golpeó y dejó seriamente heridas", dice el cable de la agencia EFE.

Por otro lado, Hamza Kashgari, de 23 años, periodista saudí puede ir a prisión, ser torturado con látigos e incluso podría perder la vida si se le encuentra culpable de los delitos de blasfemia y herejía, cometidos en Twitter, contra el profeta "intocable" de los musulmanes, Mahoma, el Jesucristo de los terroristas.

El joven había publicado una frase en Twitter, dirigida al profeta Mahoma el día de su cumpleaños, que este año correspondió al 4 de febrero.

“En el día de tu cumpleaños, no me inclinaré ante tí. He amado ciertas cosas en tí pero he detestado otras, y no entiendo muchas cosas con relación a tí. Ya no quiero rezarte", le escribió Kashgari a Mahoma.

"El comité saudita de edictos religiosos (fatwa), presidido por el mufti sheik Abdel Aziz al Cheikh, afirmó que la frase constituía una 'apostasía' (negativa o renuncia de una religión)", según versa Reuters.

Lamentablemente, a raíz de las declaraciones en la red social, cientos de saudíes en la Internet exigieron la ejecución de Kashgari.

Luego de la polémica y las amenazas en su contra, el periodista se vio obligado a publicar otro mensaje que mostró un cambio de postura: “He pecado y espero que Dios me perdone, y que todos aquellos que se han sentido ofendidos me perdonen” , señaló.

El columnista, temiendo por su vida, huyó a Nueva Zelanda, pero en la escala en Malasia, las autoridades de este país lo detuvieron, y pese a los reclamos de organizaciones de derechos humanos de no expulsarlo del país, lo deportaron a Arabia Saudita, donde se encuentra preso. "La única opción es que Kashgari sea asesinado y crucificado con el fin de dar una lección a otros laicos", afirmó un lector online, Abu Abdulrahman, en el diario al-Madina, con motivo de la noticia de la extradición de Kashgari el domingo.

Este es el siglo XXI que tenemos. Con linchamientos de "brujas" y amenazas a la libertad de expresión. La religión y el pensamiento mágico en general siguen teniendo mucho poder en varios países del mundo y ponen obstáculos al avance, por un lado, del entendimiento humano y, por el otro, de la ciencia.

Los católicos, gracias a la heterogeneidad política y religiosa, ya no dominan el mundo ni tienen superpoderes para imponer sus dogmas. La Inquisición de la Edad Media y Moderna hoy es la Congregación para la Doctrina de la Fe y solo el Opus Dei sigue manteniendo el Índice de Libros Prohibidos, que los feligreses seguidores de Jesús no pueden leer.

Aún así, los musulmanes tomaron la posta del Vaticano y hoy el islam es la religión terrorista por excelencia, que condena la libertad, el librepensamiento y el progreso humano. El musulmán del siglo XXI hace el trabajo del católico del siglo XVI, con las mismas características oscurantistas, dogmáticas y peligrosas.

Hoy, los católicos podrán sentirse "orgullosos" de no perseguir más a filósofos, científicos o poetas, pero deben cargar con la responsabilidad de haber inspirado a sus hermanos musulmanes que pretenden imponer una nueva cruzada contra el mundo tecnocientífico en el cual vivimos.

La libertad individual no debe ser negociable, pero hoy lo es, gracias a la religión y la pseudociencia.

Hace 412 años Bruno era quemado vivo en la hoguera. Cuatro siglos después, Kashgari puede ser otro mártir más gracias al mismo dogmatismo e intolerancia de los herederos que aprendieron de las bestias católicas.

(vía /m.abc.com.py)

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