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domingo, 31 de marzo de 2013

Mayoría de ticos hace la religión a un lado cuando decide el voto

Graduados de universidades y gente de zona rural sopesan menos la fe al votar. Los evangélicos son los que evalúan un poco más el credo al decidir el sufragio

Para José Pablo Saborío, profesor de Educación Física de 30 años y vecino de Montes de Oca, San José, ya pasaron los tiempos en que la posición religiosa era un factor esencial a la hora de decidir el voto.

“Ya eso se olvidó. Yo no tendría problema en votar por un evangélico, si de verdad las ideas que él tiene son buenas y se ve que sea lo que Costa Rica necesita para un cambio”, dice el joven, católico por herencia pero “no muy practicante”.

Según dijo, tampoco tendría problema de votar por un católico, un judío o un ateo declarado.

“Es un tema que no tiene que ver con lo que me pueda ofrecer el candidato como presidente o como cabeza del país, son más importantes sus ideas y sus ideales acerca de lo que él quiere y cómo hacer surgir a Costa Rica”, explicó Saborío.

Al igual que él, la mayoría de los ciudadanos evita mezclar la religión con la política: ocho de cada diez afirman que su posición religiosa no influye a la hora de decidir el voto, según la última encuesta de Unimer para La Nación.

En el estudio, elaborado en febrero pasado, un 82% dijo que la religión no inclina la balanza cuando está frente a la urna y solo un 12% asegura que incide algo o mucho.

Quienes menos toman en cuenta la fe son los graduados universitarios y los habitantes rurales.

“Para mí sería más importante qué piensa (el candidato) acerca del matrimonio entre personas del mismo sexo o en el tema de la fecundación in vitro”, comentó Saborío.

Por religión, los evangélicos tienden más a involucrar su convicción en la política que los católicos. Entre los primeros, sube a un 15% el grupo que toma en cuenta la fe al decidir por quién votar. En los segundos, la cifra baja a un 10%.

Los afines al PLN y los que no apoyan a grupo alguno están dentro del promedio: 8 de cada 10 no incluye la religión en el voto. Los simpatizantes del PAC, del PUSC y del Libertario están un tanto arriba.

El desligar política de religión coincide con un mayor apoyo a un Estado laico.

Saborío recordó que, en el primero de sus tres votos, la religión influyó más, pero al avanzar el tiempo, las cosas cambiaron.

“Por más que le enseñen a usted y le recen todos los rosarios del mundo, igual sigue repitiéndose la misma historia: sigue habiendo chorizos y se hacen de la vista gorda con un montón de cosas”.

(vía nacion.com)

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