Por si no lo sabía, detrás de la ley del aborto se esconde una conspiración internacional que busca reducir drásticamente la población. Detrás de esta conjura estarían desde la ONU o la UNESCO, al Parlamento Europeo pasando por los distintos gobiernos y sindicatos. Es lo que opina, al menos, el obispo de Alcalá, Juan Antonio Reig Plá, que tras ligar la ideología en las escuelas con la homosexualidad, ha puesto ahora el foco de (su) atención en la interrupción del embarazo y su incidencia directa en la demografía mundial, merced a un grupo de malévolos. El PP ya ha anunciado que la reforma que prepara sobre el aborto no gustará a los obispos.
El prelado, en cualquier caso, ha hecho estas declaraciones en una entrevista concedida al programa El gato al agua, del grupo Intereconomía. En ella, Reig Plá afirma que la mujer "se ve en muchas ocasiones abocada a abortar debido a un sistema que está científicamente pensado y sistemáticamente establecido como una conjura contra la vida". Según el obispo de Alcalá, detrás de esa conspiración se encuentran, en primer lugar, los sindicatos —"no hay uno solo que no esté a favor de la ley del aborto"—; los partidos políticos y los medios de comunicación, que "salvo honrosas excepciones" (guiño, codazo, guiño), están cabalgando "en la cultura de la muerte y la ideología del género".
Por encima de estos, estaría lo que obispo entiende como el "estado mayor"; es decir, organizaciones internacionales como la ONU, la Unesco, el Banco Mundial, la Federación Internacional de Planificación Familiar (IPPF en sus siglas en inglés) o el propio Parlamento Europeo: "Hay grandes poderosos que financian estos proyectos. Es una batalla que están librando con muchos dólares y muchas onegés que sirven a grandes grupos internacionales que están frenando la población en África o Asia". Precisamente, el continente africano es uno de los más afectados por el VIH, pese al retroceso histórico de muertes en los últimos años por esta pandemia. Aunque del preservativo no habló su ilustrísima.
Para el hijo de Manolo y Amparo, sus padres, a los que menciona en la entrevista, el gran drama de nuestro tiempo no es la crisis o el paro, sino esa planificación que desde las grandes universidades, otras de las implicadas en esta conjura, está llevando a una manipulación del lenguaje que gana la voluntad de las personas. "De manera que el cambio cultural trae consigo un cambio de las costumbres y al final, por cambiar las costumbres, cambia el modo de pensamiento y pierden los débiles (mujeres y niños) frente a estos poderosos", a los que alude el prelado durante su intervención del pasado lunes.
"Es el paradigma que se inició con la revolución sexual y que ha seguido con la revolución antropológica que quiere cambiar la naturaleza de las personas y el ser de las cosas", pontifica Reig Plá, que al contrario que el clérigo anglicano, Thomas Malthus, cree que cada vez somos menos habitantes en el mundo. Solo de 1950 al 2000, la población creció un 141%. Y hace dos años, nació el habitante 7.000 millones. Las proyecciones de la ONU dicen que a finales de siglo habrá 10.000 millones de moradores en el planeta. La conjura existe, pero es necia.
(vía sociedad.elpais.com)
El prelado, en cualquier caso, ha hecho estas declaraciones en una entrevista concedida al programa El gato al agua, del grupo Intereconomía. En ella, Reig Plá afirma que la mujer "se ve en muchas ocasiones abocada a abortar debido a un sistema que está científicamente pensado y sistemáticamente establecido como una conjura contra la vida". Según el obispo de Alcalá, detrás de esa conspiración se encuentran, en primer lugar, los sindicatos —"no hay uno solo que no esté a favor de la ley del aborto"—; los partidos políticos y los medios de comunicación, que "salvo honrosas excepciones" (guiño, codazo, guiño), están cabalgando "en la cultura de la muerte y la ideología del género".
Por encima de estos, estaría lo que obispo entiende como el "estado mayor"; es decir, organizaciones internacionales como la ONU, la Unesco, el Banco Mundial, la Federación Internacional de Planificación Familiar (IPPF en sus siglas en inglés) o el propio Parlamento Europeo: "Hay grandes poderosos que financian estos proyectos. Es una batalla que están librando con muchos dólares y muchas onegés que sirven a grandes grupos internacionales que están frenando la población en África o Asia". Precisamente, el continente africano es uno de los más afectados por el VIH, pese al retroceso histórico de muertes en los últimos años por esta pandemia. Aunque del preservativo no habló su ilustrísima.
Para el hijo de Manolo y Amparo, sus padres, a los que menciona en la entrevista, el gran drama de nuestro tiempo no es la crisis o el paro, sino esa planificación que desde las grandes universidades, otras de las implicadas en esta conjura, está llevando a una manipulación del lenguaje que gana la voluntad de las personas. "De manera que el cambio cultural trae consigo un cambio de las costumbres y al final, por cambiar las costumbres, cambia el modo de pensamiento y pierden los débiles (mujeres y niños) frente a estos poderosos", a los que alude el prelado durante su intervención del pasado lunes.
"Es el paradigma que se inició con la revolución sexual y que ha seguido con la revolución antropológica que quiere cambiar la naturaleza de las personas y el ser de las cosas", pontifica Reig Plá, que al contrario que el clérigo anglicano, Thomas Malthus, cree que cada vez somos menos habitantes en el mundo. Solo de 1950 al 2000, la población creció un 141%. Y hace dos años, nació el habitante 7.000 millones. Las proyecciones de la ONU dicen que a finales de siglo habrá 10.000 millones de moradores en el planeta. La conjura existe, pero es necia.
(vía sociedad.elpais.com)
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