Jaume Pujol
El arzobispo de Tarragona dice también que es el momento de hacer un estudio histórico a fondo sobre el papel de la Iglesia durante la República, la Guerra Civil y la dictadura de Franco.
Sobre la polémica a raíz de la beatificación de Tarragona, Jaume Pujol dice: «No me esperaba una reacción de este tipo». Y añade: «Me duele mucho que haya heridas. No quiero herir nadie. Al contrario, el mensaje quiero que sea de reconciliación, paz y perdón».
Preguntado sobre si hace falta un gesto de perdón por parte de los obispos, Jaume Pujol dice: «Ya lo hago ahora mismo. Yo ya lo he hecho muchas veces, el perdón, los obispos de Cataluña lo han hecho con el documento Al servei de nostre poble del 2011, donde dijimos que si a lo largo de estos años hemos hecho algo mal pedimos humildemente perdón».
Pujol también ha confirmado que los obispos de Catalunya estudiarán un pronunciamiento sobre el papel de la Iglesia durante el franquismo: «Nosotros, los obispos, hablamos siempre de las cosas que hay sobre la mesa. Tenemos que hablar de las beatificaciones, porque ha salido esto, qué tenemos que decir, que no tenemos que decir... Está claro que lo estudiaremos». Pero puntualiza: «No tenemos ningún inconveniente en pedir perdón, pero esto ya se ha hecho. Insisto que tenemos que ver exactamente qué se nos pide».
Estudio histórico
En esta línea, el arzobispo de Tarragona dice que es el momento de hacer estudio histórico a fondo sobre el papel de la Iglesia durante la República, la Guerra Civil y la dictadura de Franco: «Ahora es el momento de hacer un estudio histórico. Todavía no se ha hecho este estudio». Y ha reivindicado las aportaciones que hizo la Iglesia de Catalunya en el tiempo del franquismo: «Hemos conservado la lengua, hemos hecho muchísimas cosas. Gracias a la Iglesia, la cultura catalana ha sobrevivido en época de represión. Me gustaría que se estudiara a fondo».
Sobre la petición de la Coordinadora per la Laïcitat i la Dignitat para que visite la fosa común del cementerio de Tarragona, Jaume Pujol hace público que fue hace unos días: «He querido ir solo. He ido al cementerio solo a rogar, después de estar con ellos, fui solo sin fotógrafos. Yo rezo todos los días por todos los difuntos, los que murieron en un lado y otro, los que han muerto hoy... Esto me sale del corazón».
VALORACIÓN DE ESGLÉSIA PLURAL DE LAS PALABRAS DEL ARZOBISPO PUJOL SOBRE LA POSIBILIDAD DE UNA DECLARACIÓN DE PERDÓN POR PARTE DE LOS OBISPOS DE CATALUÑA.
Si la Conferencia Episcopal Tarraconense da este paso, estamos convencidos de que el conjunto de la Iglesia catalana saldrá beneficiada y recibirá el reconocimiento por parte de la gran mayoría de la sociedad. En cambio si no lo hace, o se limitan a hacer un gesto difuso y tímido, se incrementará la percepción de que la Iglesia es una institución demasiado ligada a intereses particulares y con poco coraje para denunciar la injusticia.
Una declaración formal, solemne, contundente y sincera, situaría la Iglesia catalana en la línea de lo que el Papa Francisco pide a la jerarquía y al conjunto de fieles. Él, en septiembre de 2000, como arzobispo de Buenos Aires, impulsó una declaración solemne sobre los errores cometidos durante la dictadura militar, en la que participaron la mayoría de obispos de la Argentina.
Al parecer, como recoge hoy el rotativo El Periódico, el arzobispo Pujol está decidido a promover algún tipo de gesto del episcopado catalán respecto a la participación de la Iglesia durante la Guerra Civil y los años de dictadura franquista. Este no ha sido el único comentario que ha hecho el prelado de Tarragona y presidente de la conferencia Episcopal Tarraconenese. Según él mismo reconoce, se ha visto desbordado por las muchas críticas que se han hecho al acto de beatificación del domingo, entre ellas la de Església Plural y otros colectivos cristianos. Jaume Pujol demuestra que es un obispo sensible a la voz de la gente i al sufrimiento. Es un obispo honesto y por lo tanto sus gestos inmediatos han sido el recoger el reto y abrir este debate en el seno del episcopado catalán.
Si finalmente la Tarrraconense se decide a actuar de acuerdo con lo más básico del anuncio de Jesús, será un paso muy importante de cara a mejorar ostensiblemente la imagen de la Iglesia en el seno de la sociedad. Un gesto que la ciudadanía en general y la gran mayoría de fieles valorará como cabe, o sea, como la voluntad decidida de romper con un pasado de connivencia con las ideologías y estratos sociales que le eran más beneficiosos.
No debe ser un gesto cualquiera, ni tampoco un declaración genérica y difusa, ni mucho menos deben intentar justificarse, ni querer recibir la comprensión de la sociedad apelando a lo mucho que hace la Iglesia por las personas. Cada cosa en su sitio. Si los obispos catalanes se dejan vencer por el miedo, por la soberbia, o por las presiones que puedan recibir, el gesto no será efectivo. Harán el ridículo y la sociedad rechazará el gesto.
El gesto que hagan debe de ser formal, solemne, claro, valiente y cumpleto. Una declaración de culpa y una petición de perdón, en el marco de una ceremonia ad-hoc, en un lugar emblemático, o aprovechando un acto importante.
El actual papa Francisco, cuando era arzobispo de Buenos Aires, en el 2000, impulsó una contundente declaración de perdón por las implicaciones de la Iglesia en los crímenes de la dictadura militar. ¿Por qué los obispos de Cataluña no deberían hacer lo mismo?
Con este gesto, que ojalá sea realidad muy pronto, el episcopado catalán se situaría de lleno en la línea de lo que el papa Francisco reclama para los obispos y en general para toda la Iglesia.
Església Plural
(vía perioperiodistadigital.com)
Sobre la polémica a raíz de la beatificación de Tarragona, Jaume Pujol dice: «No me esperaba una reacción de este tipo». Y añade: «Me duele mucho que haya heridas. No quiero herir nadie. Al contrario, el mensaje quiero que sea de reconciliación, paz y perdón».
Preguntado sobre si hace falta un gesto de perdón por parte de los obispos, Jaume Pujol dice: «Ya lo hago ahora mismo. Yo ya lo he hecho muchas veces, el perdón, los obispos de Cataluña lo han hecho con el documento Al servei de nostre poble del 2011, donde dijimos que si a lo largo de estos años hemos hecho algo mal pedimos humildemente perdón».
Pujol también ha confirmado que los obispos de Catalunya estudiarán un pronunciamiento sobre el papel de la Iglesia durante el franquismo: «Nosotros, los obispos, hablamos siempre de las cosas que hay sobre la mesa. Tenemos que hablar de las beatificaciones, porque ha salido esto, qué tenemos que decir, que no tenemos que decir... Está claro que lo estudiaremos». Pero puntualiza: «No tenemos ningún inconveniente en pedir perdón, pero esto ya se ha hecho. Insisto que tenemos que ver exactamente qué se nos pide».
Estudio histórico
En esta línea, el arzobispo de Tarragona dice que es el momento de hacer estudio histórico a fondo sobre el papel de la Iglesia durante la República, la Guerra Civil y la dictadura de Franco: «Ahora es el momento de hacer un estudio histórico. Todavía no se ha hecho este estudio». Y ha reivindicado las aportaciones que hizo la Iglesia de Catalunya en el tiempo del franquismo: «Hemos conservado la lengua, hemos hecho muchísimas cosas. Gracias a la Iglesia, la cultura catalana ha sobrevivido en época de represión. Me gustaría que se estudiara a fondo».
Sobre la petición de la Coordinadora per la Laïcitat i la Dignitat para que visite la fosa común del cementerio de Tarragona, Jaume Pujol hace público que fue hace unos días: «He querido ir solo. He ido al cementerio solo a rogar, después de estar con ellos, fui solo sin fotógrafos. Yo rezo todos los días por todos los difuntos, los que murieron en un lado y otro, los que han muerto hoy... Esto me sale del corazón».
VALORACIÓN DE ESGLÉSIA PLURAL DE LAS PALABRAS DEL ARZOBISPO PUJOL SOBRE LA POSIBILIDAD DE UNA DECLARACIÓN DE PERDÓN POR PARTE DE LOS OBISPOS DE CATALUÑA.
Si la Conferencia Episcopal Tarraconense da este paso, estamos convencidos de que el conjunto de la Iglesia catalana saldrá beneficiada y recibirá el reconocimiento por parte de la gran mayoría de la sociedad. En cambio si no lo hace, o se limitan a hacer un gesto difuso y tímido, se incrementará la percepción de que la Iglesia es una institución demasiado ligada a intereses particulares y con poco coraje para denunciar la injusticia.
Una declaración formal, solemne, contundente y sincera, situaría la Iglesia catalana en la línea de lo que el Papa Francisco pide a la jerarquía y al conjunto de fieles. Él, en septiembre de 2000, como arzobispo de Buenos Aires, impulsó una declaración solemne sobre los errores cometidos durante la dictadura militar, en la que participaron la mayoría de obispos de la Argentina.
Al parecer, como recoge hoy el rotativo El Periódico, el arzobispo Pujol está decidido a promover algún tipo de gesto del episcopado catalán respecto a la participación de la Iglesia durante la Guerra Civil y los años de dictadura franquista. Este no ha sido el único comentario que ha hecho el prelado de Tarragona y presidente de la conferencia Episcopal Tarraconenese. Según él mismo reconoce, se ha visto desbordado por las muchas críticas que se han hecho al acto de beatificación del domingo, entre ellas la de Església Plural y otros colectivos cristianos. Jaume Pujol demuestra que es un obispo sensible a la voz de la gente i al sufrimiento. Es un obispo honesto y por lo tanto sus gestos inmediatos han sido el recoger el reto y abrir este debate en el seno del episcopado catalán.
Si finalmente la Tarrraconense se decide a actuar de acuerdo con lo más básico del anuncio de Jesús, será un paso muy importante de cara a mejorar ostensiblemente la imagen de la Iglesia en el seno de la sociedad. Un gesto que la ciudadanía en general y la gran mayoría de fieles valorará como cabe, o sea, como la voluntad decidida de romper con un pasado de connivencia con las ideologías y estratos sociales que le eran más beneficiosos.
No debe ser un gesto cualquiera, ni tampoco un declaración genérica y difusa, ni mucho menos deben intentar justificarse, ni querer recibir la comprensión de la sociedad apelando a lo mucho que hace la Iglesia por las personas. Cada cosa en su sitio. Si los obispos catalanes se dejan vencer por el miedo, por la soberbia, o por las presiones que puedan recibir, el gesto no será efectivo. Harán el ridículo y la sociedad rechazará el gesto.
El gesto que hagan debe de ser formal, solemne, claro, valiente y cumpleto. Una declaración de culpa y una petición de perdón, en el marco de una ceremonia ad-hoc, en un lugar emblemático, o aprovechando un acto importante.
El actual papa Francisco, cuando era arzobispo de Buenos Aires, en el 2000, impulsó una contundente declaración de perdón por las implicaciones de la Iglesia en los crímenes de la dictadura militar. ¿Por qué los obispos de Cataluña no deberían hacer lo mismo?
Con este gesto, que ojalá sea realidad muy pronto, el episcopado catalán se situaría de lleno en la línea de lo que el papa Francisco reclama para los obispos y en general para toda la Iglesia.
Església Plural
(vía perioperiodistadigital.com)
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