JERUSALÉN, (De la enviada especial de Europa Press, Laura Ramírez)
Los comerciantes de la Ciudad Vieja de Jerusalén tendrán que cerrar sus tiendas de souvenirs, cerámica, ropa, abalorios y comida desde este domingo con motivo de la visita del Papa Francisco y algunos de ellos no se muestran contentos porque aseguran que en un solo día cerrados pueden perder hasta 600 euros.
Así lo indica a Europa Press Hasan, un musulmán que vende recuerdos de Jerusalén y que vive del turismo. "No nos dejan abrir mañana, no hay muchos turistas", asegura, al tiempo que precisa que las visitas de los dos Papas anteriores atrajeron más fieles. Varios compañeros musulmanes de las tiendas cercanas se acercan para hacer la misma reflexión.
Mientras, Jek, musulmán de unos 50 años espera sentado en una de las calles de la ciudad junto a su amigo judío Amnon. Jek explica que justamente el día que el Papava a visitar la capital coincide con una jornada festiva para los musulmanes en la explanada de las mezquitas, donde se reunirá una gran cantidad de fieles de esta confesión, y espera que esta coincidencia no genere problemas.
Su compañero, el judío Amnon, se preocupa en primer lugar por lo sucedido en España tras el partido de baloncesto entre el equipo de Tel Aviv y el Real Madrid. No entiende por qué se difundieron miles de mensajes antisemitas a través de Twittery explica que le causa tristeza.
Sobre el Papa, dice que le gusta más que el anterior Pontífice y destaca su elección del nombre de Francisco, como San Francisco de Asís, en el sentido de "estar del lado de los pobres".
Por otra parte, en el Santo Sepulcro rezan las religiosas Darsena y Sobena, ambas de La India que se encuentran "felices" por la visita del Papa Francisco. "¿Usted no lo está?", preguntan al tiempo que dicen entender que hay gente que ve la visita como algo positivo y otros que no. En cualquier caso, ellas creen que el Papa pondrá a rezar a Tierra Santa y para unirse a esa oración ya han conseguido unas invitaciones para acceder a la Misa en Belén de este domingo.
Por las estrechas calles de la ciudad vieja, el amarillo y el blanco de las banderas del Vaticano ondea junto a algunos carteles del Papa Francisco. Peregrinos de todo el mundo recorren la Via Dolorosa y las religiones judía, musulmana y cristiana se mezclan a cada paso.
Entre los peregrinos, los españoles Paquita y Fernando, con sus hijos Marian, Llanos, Cristina y Fran y su yernoPablo, recorren las tiendas --en las que también se pueden encontrar recuerdos del Papa Francisco-- en su último día de peregrinación por Tierra Santa.
Junto a un grupo de 36 personas y guiados por Francisco Sevilla, el secretario del obispo de Albacete, han viajado para recorrer los pasos de Jesucristo en una tierra que definen como "llena de contrastes, culturas y religiones". Aunque se marchan mañana y no les dará tiempo a cruzarse con el Pontífice, creen que Francisco lanzará un mensaje de paz.
Atardece en la ciudad vieja y Alexandra, una mujer católica de unos 75 años sube las escaleras de la Iglesia de San Salvador. "¿Eres católica?", pregunta para responder de inmediato: "Yo también soy católica". Alexandra vive en Jerusalén y aunque solo sabe unas palabras de español, resultan suficientes para contar emocionada que mañana podrá ver al Papa en Belén.
(Vía http://noticias.lainformacion.com/religion-y-credos/ritual/comerciantes-de-jerusalen-tendran-que-cerrar-desde-manana-por-la-visita-del-papa-y-lamentan-las-perdidas-economicas_RuI74qrXwMKK9SbMtwCUk3)
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