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viernes, 13 de junio de 2014

Lo que no puede ser

Por: Andrés Felipe Castañeda

Este desfile nefasto de insultos y suciedades está a punto de terminar y de seguro acabaremos enfrentados a cuatro nuevos años de promesas rotas y maldiciones. Porque este país que se repite que debe elegir al menos peor no ha terminado de comprender lo que es un Estado Social de Derecho.

Porque esta Colombia que nos tocó no ha procurado ser de todos, porque hay una Colombia que se dedicó a vengarse de la Colombia que no le gusta, a negar su rostro sucio frente al espejo.

Claro que la resignación es grande, no puede ser de otra manera, pero lo que no se puede permitir es que la resignación le dé espacio a otra hecatombe. No puede entregársele el país a un partido político que obedece con fervor religioso los designios de un líder a quién han proferido un carácter de deidad. No se le puede entregar el país a alguien que recibe homenajes y respaldos y aplausos de grupos neonazis y agradece a su líder o a su dios la salvación del comunismo ateo. Como si los comunistas y los ateos no tuvieran derecho a vivir en Colombia. Como si todos tuviéramos la obligación de creer en Dios.

Uribe y sus fanáticos quieren un país para ellos y para nadie más.

Y es que dice demasiado del talante de un candidato que alega “usted a mí me respeta”  ó “yo a usted no le voy a permitir que me falte al respeto” para luego gritar “con usted no se puede ser respetuoso”.

No se le puede entregar el país a alguien para quien el matrimonio se reduce al acto de procrear, para quien la familia es un hombre, una mujer y sus hijos. ¿Y entonces? ¿Las parejas que no pueden tener hijos? ¿Y las que no quieren tenerlos? ¿Y las parejas del mismo sexo? ¿Ninguno de ellos puede considerarse una familia? ¿No caben todos ellos en su Colombia?

El país no puede quedar en manos de alguien que crea que una pareja del mismo sexo no puede casarse y formar una familia porque al afirmar tal cosa le está negando sus derechos inalienables como ciudadanos y una democracia no puede escoger a qué ciudadanos les otorga derechos a cuáles no.

Tampoco se le puede entregar el país a quien cree que la educación sexual es pecado o que una mujer no puede abortar ni siquiera cuando su vida corre inminente peligro.

Ni a alguien que insistirá en la guerra antidrogas que ha cobrado tantas vidas y que seguirá tratando a los consumidores de sustancias psicoactivas como delincuentes en lugar de darles el tratamiento médico que requieren.

Ese proyecto político del uribismo y que encarna todos los intereses de la derecha más recalcitrante es profundamente peligroso. Ahí no cabe nadie que no piense como ellos, que no entienda el país como ellos lo entienden porque para ellos dentro de los “colombianos de bien” no se cuentan ni los ateos, ni los comunistas, ni los drogadictos, ni los homosexuales, ni las personas que no quieren tener hijos. Muchos quedamos por fuera de su Colombia. Y pretenden darle a tan pavorosa visión de país el calificativo de “democrático”. Cruenta mentira.

Y por supuesto: no se le puede entregar el país a alguien que niegue que el conflicto interno existe para así eludir las responsabilidades que tiene el Estado dentro de éste.

Ojalá entonces que no terminemos arrepentidos de que pase lo que no puede ni debe pasar.

@acastanedamunoz

(via libretadeapuntes.com)

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