El Papa Francisco
Obispos reconocen la necesidad de modificar el lenguaje. "Sé de personas que han abandonado la Iglesia por esas palabras"
Los grupos defensores de los homosexuales celebran con cautela el cambio de tono mostrado por la Iglesia Católica hacia los gays, alentado por el famoso "¿quién soy yo para juzgar?" pronunciado el año pasado por el papa Francisco y que se ha ido permeando hasta los obispos que debaten temas de familia durante un encuentro esta semana en el Vaticano.
No se habla de que la doctrina eclesiástica sobre la homosexualidad cambiará o de que el Vaticano vaya pronto a apoyar los matrimonios gay, o siquiera las uniones entre parejas del mismo sexo, como lo dejó bien claro esta semana el principal defensor canónico del Vaticano. Sin embargo, por primera vez, en este encuentro se están hablando temas como la homosexualidad y de cómo proveer un mejor cuidado espiritual a los homosexuales católicos. Día tras día, los obispos han hablado de la necesidad de cambiar el lenguaje de la iglesia sobre los gays de palabras de condena moral y juicio, a palabras de bienvenida y respeto.
"Creo que lo que estamos viendo es una ruptura en el hielo que habíamos estado esperando desde hace mucho tiempo", declaró Francis DeBernardo, director general de New Ways Ministry (Nuevas Formas de Ministerio), un grupo de gays católicos. "Es la señal de un primer paso".
La enseñanza religiosa establece que los actos homosexuales están "intrínsecamente fuera del orden", son una "depravación seria" y la homosexualidad está "objetivamente fuera de orden". Al mismo tiempo, dice que los gays deben ser tratados con respeto y compasión y no sufrir discriminación.
"Sé de decenas de personas que han abandonado la iglesia católica por estas palabras", señala DeBernardo.
El papa emérito Benedicto XVI redactó algunos de los documentos clave del Vaticano sobre los homosexuales cuando encabezaba la oficina responsable de custodiar la doctrina de la fe. En 1986, en una carta dirigida a los obispos, señala que cualquier programa religioso debe señalar claramente "que la actividad homosexualidad es inmoral". En 2003 publicó documentos donde se opone a las uniones homosexuales.
Por su parte, el cardenal Francesco Coccopalmerio, principal defensor del canon católico, dijo el jueves que la iglesia "nunca" aceptará el matrimonio homosexual ni bendecirá una unión gay.
Sin embargo, a pesar de la férrea oposición, no hay duda de que ha habido un cambio de tono.
(vía periodistadigital.com)
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