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domingo, 21 de junio de 2015

Violación de los Derechos Indígenas, ¿hasta cuándo?

Este viernes, 19 de junio, ha sido presentado en la sede de la CNBB (Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil, por sus siglas en portugués) el “Informe de Violencias contra los Pueblos Indígenas”, que hace referencia a los abusos cometidos contra los indígenas brasileños a largo del año 2014.

El CIMI (Consejo Indigenista Misionero, por sus siglas en portugués) ha mostrado cómo ha tenido lugar un aumento de la violencia y de las violaciones contra los pueblos originarios a los largo del año pasado, lo que ha provocado el aumento de suicidios (135 indígenas en 2014, el mayor número en los últimos 29 años) y de la mortalidad infantil (785 niños de 0 a 5 años muertos el año pasado).

La falta de avances en el reconocimiento de los territorios indígenas se ha convertido en una situación preocupante, como denunciaba Monseñor Erwin Kräutler, Presidente del CIMI, en la última Asamblea General de la CNBB, que tuvo lugar en Aparecida el pasado mes de abril y que hoy mostraba nuevamente su preocupación: “La situación es muy complicada entre los pueblos indígenas, pero vemos un ataque a los derechos humanos en general. Es necesario resistir de forma abnegada junto a los condenados de esta tierra. Que Dios nos dé salud para seguir adelante”. Inclusive existen cada vez más voces en el Congreso y Senado brasileños, incentivados por los terratenientes, que abogan por la retirada de los territorios ya reconocidos como indígenas.

Entre los presentes se encontraba Tito Vilhalva, uno de los líderes más carismáticos del pueblo Guarani-Kaiowá, y que a sus 95 años es historia viva de las persecuciones sufridas desde 1930 y que se han visto aumentadas indiscriminadamente en los últimos años por parte de los terratenientes del estado de Mato Grosso do Sul, con el consentimiento de las autoridades brasileñas, que no toman ningún tipo de medida. El líder indígena ha denunciado la situación de su pueblo, pero sin dejar de mostrar que no están dispuestos a dejarse vencer fácilmente: “Los pistoleros matan, el hambre mata, los atropellos matan, el suicidio mata. No vamos a desistir. Vamos a continuar: debajo de una lona, del frío, del calor, de los tiros. Vamos a quedarnos todos allí”.

El informe ha sido realizado a partir del trabajo de campo de los diferentes equipos del CIMI, teniendo como base las denuncias de los indígenas, así como informaciones aparecidas en los medios de comunicación y otras recogidas en las sentencias emitidas por la justicia a lo largo del año pasado.

En el informe aparecen diferentes artículos que ayudan a entender las situaciones que los indígenas brasileños viven y que muestran la violencia contra el patrimonio y contra los propios indígenas, así como la violencia que surge en consecuencia de la omisión por parte del Poder Público en el ejercicio de sus funciones. Todo esto se concretiza en invasiones de los territorios indígenas, explotación ilegal de recursos naturales, amenazas de muerte, falta de asistencia sanitaria… En 2014 fueron contabilizados 138 asesinatos entre los indígenas, 41 más que el año anterior

Como denuncia el Papa Francisco en su nueva Encíclica, el informe muestra que el modelo actual de desarrollo viola los derechos de los pueblos indígenas y que éstos no son escuchados: “es indispensable prestar especial atención a las comunidades aborígenes con sus tradiciones culturales. No son una simple minoría entre otras, sino que deben convertirse en los principales interlocutores, sobre todo a la hora de avanzar en grandes proyectos que afecten a sus espacios”. (LS, 146). La situación se agrava por el hecho de que el presupuesto que se destina a las políticas públicas indígenas es cada vez más bajo y el racismo contra estos pueblos va en aumento, inclusive a nivel institucional

Para los indígenas ”la tierra no es un bien económico, sino don de Dios y de los antepasados que descansan en ella, un espacio sagrado con el cual necesitan interactuar para sostener su identidad y sus valores” (LS, 146). El día que entendamos eso, podremos dar pasos que nos ayuden a cuidar de la casa común, pero para muchos esas actitudes son sinónimo de atraso.

(vía blogs.periodistadigital.com)

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