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lunes, 14 de marzo de 2011

La Iglesia chilena reconoce que el caso de pederastia del padre Karadima le hizo un gran daño

Por Agencia EFE

Santiago de Chile, 14 mar (EFE).- El presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, Ricardo Ezzati, reconoció hoy que el caso de abusos sexuales del sacerdote Fernando Karadima le ha hecho un gran daño a la Iglesia católica en este país, pero se mostró convencido de que podrá superarlo.

"La influencia del daño causado toca a toda la Iglesia", admitió en un encuentro con la prensa extranjera el también arzobispo de Santiago.

"Ningún abuso puede ser tolerado", recalcó Ezzati, de origen italiano y quien lleva casi 50 años trabajando en Chile, "la patria de su vocación".

El caso del sacerdote Fernando Karadima, un párroco con gran influencia en algunos sectores políticos conservadores, saltó a la luz meses atrás, cuando se reveló la existencia de denuncias en su contra de abusos sexuales, algunos de los cuales implicaban a personas que eran menores de edad cuando sucedieron los hechos.

Hace dos semanas, el propio Ezzati hizo público un decreto del Vaticano que prohibía a Karadima seguir ejerciendo el sacerdocio así como todo contacto con su comunidad de fieles, una sanción que el nuevo arzobispo de Santiago considera "tremendamente dura y justa", porque es proporcional al daño ocasionado.

Ezzati, quien se ha reunido tanto con víctimas de los abusos como con el sacerdote castigado en la causa abierta por la Congregación de la Doctrina de la Fe, pedirá que una comisión de la Santa Sede viaje a Chile para verificar las condiciones de cumplimiento del castigo impuesto.

Consciente de que hay sectores que desconfían del estamento religioso por lo sucedido, el arzobispo de Santiago sostiene que "la Iglesia no tiene que tener miedo a la verdad, porque sólo así recuperará la credibilidad".

"Estoy feliz de que la prensa nos haya dado duro, porque la Iglesia no puede tolerar esto", enfatizó Ezzari, conocido por la sinceridad de sus planteamientos y a quien se identifica con los sectores progresistas de la Iglesia, aunque él prefiere que no se le etiquete.

"La categorización de derecha e izquierda no existe en la Iglesia", puntualizó el arzobispo de Santiago quien no obstante reconoce que "han crecido grupos que destacan ciertas dimensiones de la Iglesia y que corren el peligro de quedarse en eso".

"Pero a la Iglesia -agrega- no se la juzga ni por el Opus Dei, ni por los Legionarios de Cristo ni por los grupos de (la Teología de la) Liberación".

Ezzati, que antes de ser nombrado presidente de la Conferencia Episcopal en noviembre de 2010 y arzobispo de Santiago un mes después ejerció como obispo en Valdivia y Concepción, se mostró preocupado por la fragmentación social en Chile, "que a la larga va a traer conflictos".

En su afán de contribuir a la resolución de conflictos sociales, el ahora presidente de la Conferencia Episcopal ha ejercido como "facilitador del diálogo" entre los trabajadores y las compañías madereras y, más recientemente entre los comuneros mapuches en huelga de hambre y el Gobierno de Sebastián Piñera.

"La función de la Iglesia -concluye- es achicar lo más que se pueda la brecha educativa, económica y social".

(vía www.google.com)

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