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jueves, 2 de junio de 2011

Cinco afirmaciones ciertamente mejorables (2/5) Contestación a un integrista anti-ateo

Por MANUEL BARREDA

Cinco afirmaciones “miscatianas” ciertamente mejorables (II)

2.- Sólo en una sociedad vertebrada por la religión se produce (se concentra, surge y prospera o se desarrolla la) ciencia.

Esta afirmación admite dos interpretaciones (y desarrollos) posibles:

a. “Existen sociedades vertebradas por la religión y otras que no lo están.

Las primeras contarían con los requisitos (o al menos uno esencial) requeridos para que se produzca el avance científico, las segundas no.”

b. “La ciencia decaería o se desarrollaría en menor medida en las sociedades no religiosas o laicistas.” ¿Es así? (¿Es cierto algo de ello?).

Buena parte de las sociedades antiguas, desde el neolítico en adelante, estuvieron (en cierto modo) “vertebradas por la religión”, entre otras normas de convivencia y pautas de conducta social.

Lo estuvieron, por ejemplo, Mesopotamia, Egipto, India, Persia y las civilizaciones precolombinas. Otras, como China o Japón, fueron más político-filosóficas o “pragmáticas” que religiosas.

¿Fue su desarrollo científico inferior? En modo alguno, sólo China se mantuvo por delante de Europa o a su par hasta mediado el siglo XVII.

¿Qué decir de Japón? Comparemos su sociedad con otras realmente religiosas como buena parte de los actuales países islámicos* u otros como Nepal, Tíbet, etc.

He empezado aludiendo a la idea común de “ciencia” que se confunde con la tecnología, más pragmática y verificable, a efectos comparativos. La ciencia es ante todo un método (bien definido en la Antigua Grecia), una actitud y mentalidad objetivista y perfectible, además de una apuesta pragmática por la comprensión y dominio de la realidad a través de su entendimiento observacional y analítico; por lo que se relaciona con el avance tecnológico y la transformación –pretendidamente a mejor- de la vida humana en sociedad.

La ciencia así entendida se desarrolla especialmente en Grecia y tiene su núcleo final en el mundo antiguo (períodos helenístico y romano) en Alejandría.

Bien, el mundo griego no se caracteriza por ser más religioso que otras culturas. De hecho, inventó la filosofía. Los filósofos presocráticos se ocuparon de cuestionar todos los mitos y terminaron sustituyéndolos por explicaciones racionales y materialistas del mundo; muchos filósofos fueron además científicos: desarrollaron conocimientos de astronomía, física y biología (además de filosofía).

Pitágoras, Hipócrates y Thales pertenecen a ese mundo, al que se sumarán: Aristarco, Euclides, Aristóteles, Arquímedes y tantos otros.

No sólo su sociedad no era monolítica ni especialmente religiosa respecto a otras: es que se fundaron prácticamente todos los géneros literarios (comedia, drama, tragedia, poesía, narraciones fantásticas y mitológicas, relatos y textos de historia) y los principales enfoques filosóficos vigentes hasta la actualidad (platonismo, estoicismo, epicureísmo, escepticismo, cinismo, sofística, y sus variantes humanistas, moralistas, racionalistas, pragmáticas, idealistas, materialistas, empiristas, místicas, etc.).

Pero hacia el siglo IV EC el mundo romano estaba en franca decadencia y el fanatismo religioso iba en aumento, de modo que los últimos científicos, filósofos, maestros y literatos fueron primero discriminados y repudiados y más tarde perseguidos como “paganos”, de modo que se los despojó de sus “cátedras” y a comienzos del V la Escuela (Centro de estudios científicos “protouniversitario”) y Biblioteca de Alejandría fueron quemados. ¿La excusa? La ciencia, la filosofía y la literatura no religiosas: eran paganas.

Continuaremos respondiendo a esta segunda cuestión en el próximo artículo.

(vía blogs.periodistadigital.com)

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