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martes, 7 de junio de 2011

Estado aconfesional y libertad religiosa: una deuda pendiente con la democracia

El Estado, tiene la responsabilidad de cumplir y hacer cumplir la Constitución. Entonces… ¿Por qué ningún gobierno ha sido capaz de dar un paso adelante?
Miguel Ángel García-Sánchez y Mª Yolanda Palomo del Castillo 

Crucifijo y biblia, presentes en las juras de los misnitros y cargos públicos, AÚN HOY!!

ESTADO ACONFESIONAL Y LIBERTAD RELIGIOSA: UNA DEUDA PENDIENTE CON LA DEMOCRACIA

Garantizar la libertad religiosa implica que el Estado no deba decantarse por ninguna confesión y, en este sentido, tiene la responsabilidad de cumplir y hacer cumplir la Constitución. Entonces… ¿Por qué ningún gobierno ha sido capaz de dar un paso adelante?

Hace unos años, bajando las escaleras de un edificio administrativo en el que trabajaba, me paré a mirar el protocolo que se estaba montando en ese momento para formalizar la toma de posesión de un cargo público.

Al lado del atril se había colocado una Biblia con un crucifijo que, junto con el resto de símbolos, daban al acto la formalidad y rigurosidad a la que estamos acostumbrados en este tipo de eventos.

Reconozco que, hasta ese momento, mis reflexiones sobre el particular no habían ido más allá de la mera crítica teórica sobre la necesidad de establecer políticas que condujesen a la ciudadanía a un Estado aconfesional, como consecuencia lógica de los preceptos de nuestra Carta Magna.

Parada ante el atril, la Biblia y el crucifijo, saqué de mi bolso mi catecismo particular, que no es otro que un ejemplar de la Constitución Española y que siempre deseo tener cerca porque es mi contrato básico con el Estado, como ciudadana.

Y, en ese escenario, volví a releer su bellísimo artículo 14… “los españoles son iguales ante la Ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión…” En mi afán de lectura y mientras las personas del entorno se me quedaban mirando por mi obstinación de permanecer al lado del atril, Biblia y crucifijo, continué leyendo mi catecismo constitucional… artículo 16.1 “se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos….” Artículo 16.3 “ninguna confesión tendrá carácter estatal….”

En un arranque lleno de vehemencia y convicción, fui a pedir explicaciones del motivo por el cual, los símbolos religiosos estaban presentes en un acto público, teniendo en cuenta los mandatos de nuestra Constitución Española a la que debemos respeto y, desde luego, acatamiento, considerando que así lo quiso la sociedad cuando comenzó su apasionante andadura democrática.

“Es el protocolo, Yolanda… Son las normas…. Siempre se ha hecho así….” Esos fueron los argumentos que se me esgrimieron… He de reconocer que, finalmente, y como consecuencia de algún espíritu sensible y democrático que se hizo eco de mi inquietud personal y constitucional, fueron retirados los símbolos religiosos y la toma de posesión se realizó sin ellos.

Quizá lo que he expresado no es determinante… Ni siquiera trascendente… Pero pone de manifiesto muchas cosas que, a mi juicio, si pudieran afectar a la libertad de las personas.  Y, fundamentalmente, pone de manifiesto el escaso interés que los sucesivos gobiernos han tenido, de cara a garantizar a los ciudadanos su libertad religiosa, firmemente declarada en la Constitución Española.

(vía kaosenlared.net)

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