SUMAR. Luis Rodríguez Lira, Diana Gabriela Sánchez y Gerardo Romero, integrantesde Ateos y Librepensadores Mexicanos, iniciarán en breve una campaña de afiliación (Foto: )
Ellos son universitarios o profesionistas. Tienen veintitantos o treintitantos. No creen que Dios exista, pero aseguran que no son anticlericales. Tampoco son comunistas ni marxistas ni anarquistas, dicen.
Muchos provienen de familias religiosas y se convirtieron al ateísmo luego de conocer varios ritos religiosos. Dudan, razonan, analizan, discuten.
“Todo debe ponerse a debate, debe ser cuestionable. Debemos quitar esa parte sagrada o intocable en los temas que discute la sociedad. Por eso promovemos que las personas piensen, que lo dialoguen, que se informen. De ninguna manera tratamos de venderles nada o convertirlos; ponemos las cosas sobre la mesa y las personas van a decidir en qué creer”, dice Diana Gabriela Sánchez López, integrante de Ateos y Librepensadores Mexicanos (AyLM), una asociación civil conformada legalmente en noviembre de 2010 con el objetivo de generar debates desde la perspectiva científica e informada, y no desde los dogmas religiosos.
La joven de 23 años y estudiante de Derecho nació de padres católicos que hace algunos años se pasaron a las filas de los cristianos evangélicos. Ella los acompañó a reuniones de su nueva religión, pero durante las pláticas se dio cuenta del extremo al que puede llegar la fe. Y no le gustó.
“Ciertos padres manifestaban que si sus hijas o hijos se casaran con un católico o alguien de otra religión, las y los negarían. Fue cuando realmente me cuestioné si valía la pena pertenecer a una iglesia que separara a las familias”, dice Diana, quien luego se acercó a otras creencias. Pero ninuguna le llenaba, hasta que en la universidad conoció a algunos amigos que se decían ateos o librepensadores. Ahora es uno de ellos. Y se siente bien consigo misma.
Proselitismo científico
Diana y sus compañeros de la asociación forman parte de lo que los estudiosos de las religiones llaman la nueva generación de ateos y librepensadores. No tienen un discurso de denostación cuando hablan de quienes profesan una religión.
El especialista Bernardo Barranco asegura que históricamente no ha habido grandes movimientos de ateos en México, sino más bien sectores anticlericales, lo que supone una postura política e ideológica que va contra los actores religiosos que aprovechan su investidura o hablan a nombre de Dios para manipular el poder.
El especialista dice que cualquier movimiento de ateos lleva una carga proselitista, es decir, se considera como un bien no creer en Dios y sí en la ciencia. Lo importante es que este principio se comparte y llegue a la mayor cantidad de gente.
“La mejor forma de tomar decisiones es con información, con una perspectiva completa, más amplia. Desgraciadamente observamos que muchas veces esas decisiones se toman desde una base altamente religiosa o trasfondo religioso o de creencias, y no basado en la evidencia o en el aspecto científico”, dice Gerardo Romero Quijada, de 35 años, también miembro de la asociación de ateos.
El ingeniero en sistemas y comercio electrónico dice que AyLM difunde información científica para que la sociedad se forme un criterio en temas como el medio ambiente, el aborto y el narcotráfico, o que se definan las políticas públicas a partir de información verificable.
“El hombre vive en comunidad y el éxito de las religiones es que dan un sentido de pertenencia. No quiere decir que nosotros vamos a ser una iglesia ni mucho menos; no tenemos los dogmas que permean en la religión ni tampoco los ritos”, explica.
Luis Alberto Rodríguez Lira, de 23 años y estudiante de fotografía, cuenta que durante algún tiempo el espacio virtual había sido su punto de encuentro, y que salieron en 2008 y 2009 a marchar por las calles para hacerse visibles.
Su mayor logro, dice, fue obtener su registro como Asociación Civil ante la Secretaría de Gobernación el 12 de noviembre de 2010 y, en ese mismo mes, llevar a cabo el Coloquio Mexicano de Ateísmo, al que acudieron personas de Yucatán, Nuevo León, Chiapas, Morelia, Morelos, Tamaulipas y Jalisco.
El Censo de Población 2010 muestra que el 83.9% de los mexicanos mayores de cinco años son católicos.
No obstante, el número de personas cristianas evangélicas aumentó de 4.9%, en 1990, a 7.6% en 2010.
Los mexicanos que dicen no practicar ninguna religión son los menos, pero su aumento es significativo. En 1990, 3.2% de la población se decía ajena a cualquier religión. Para 2000, subió a 3.5% y, en 2010, se elevó a 4.6%. Es decir, alrededor de cinco millones de mexicanos se declaran ateos, agnósticos o librepensadores.
Pocos pero influyentes
Para Jorge Traslosheros, historiador de las religiones, quienes dicen no creer en Dios o ser agnósticos en México pertenecen de manera especial a círculos académicos e intelectuales y actualmente tienen los mecanismos de control cultural.
“Son líderes de la comunicación y de opinión, políticos y académicos quienes se declaran como no creyentes y legitiman el discurso contra cualquier religión”, comenta el especialista del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Los expertos aclaran que hay diferencias entre quienes no siguen a una divinidad. El agnóstico es quien suspende el juicio sobre materias de orden religioso y cree que la existencia de Dios no puede probarse, pero no niega la posibilidad de que exista. El ateo, en cambio, es la persona que niega la existencia de Dios. Y los librepensadores tienen una actitud filosófica que reclama para la razón individual independencia absoluta de todo criterio sobrenatural.
Barranco y Traslosheros coinciden en que Ateos y Librepensadores Mexicanos rebasa viejas disputas ideológicas al poner la discusión en el terreno de lo cultural.
“No hay el registro de movimientos ateos no beligerantes. Por eso es bueno que enriquezcan el debate de fundamentar por qué no se cree y no caer en la simple crítica de que la Iglesia católica está empoderada”, dice Barranco.
Ateos y Librepensadores Mexicanos tiene 323 seguidores en Twitter y 470 simpatizantes en Facebook. No es gran cosa, pero sus adeptos son activos en utilizar las redes sociales para debatir.
La asociación anuncia que en breve iniciará un proceso de afiliación.
(vía eluniversal.com.mx)
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