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jueves, 15 de septiembre de 2011

La ciencia del terrorismo religioso basada en el Islam

Musulmanes rezando


Por Moorthy Muthuswamy

Comprendiendo las raíces y motivaciones del Yihad, podemos comenzar a crear estrategias para combatirlo.

Un número de importantes avances de la última década nos están ayudando a crear un modelo científico o teoría del fenómeno de terrorismo religioso. Esto abarca desde nuevos estudios del contraste entre la evolución de India y Pakistán, hasta el reciente análisis estadístico de doctrinas Islámicas y un análisis del impacto de la propagación del Islam financiada por petrodólares del medio oriente. En cuanto a cómo lidiar con el terror, tenemos mayor entendimiento sobre el origen y la propagación del mismo. También somos capaces de entender mejor cómo una coalición de pueblos y naciones puede ser movilizada para lidiar con el terrorismo. Se han desarrollado algunas ideas sobre cómo, avanzando el pensamiento racional, se puede apartar a musulmanes educados de las ideologías terroristas.

El contexto de estudiar la evolución relativa de India y Pakistán es que aunque las religiones principales de estas dos naciones son diferentes, ellas comparten un idioma, una cultura, etnicidad y hábitos culinarios. Sin embargo, la India mayoritariamente hindú ha logrado crear prosperidad y un enfoque en el desarrollo mientas que Pakistán islámico se ha convertido en una principal fuente de terrorismo religioso.
El análisis estadístico es una herramienta útil para descifrar el carácter de una entidad o ideología que envía señales mixtas, quizá para ocultar su verdadera intención.

Ahora es más aceptado que existen objetivos políticos específicos detrás de la guerra del terrorismo religioso conocido como yihad. El líder de Al-Qaeda, Osama bin Laden, delineó una condición para el cese de ataques terroristas contra América: “Le invito a acoger el Islam.” Durante los últimos sesenta años, la mayoría de minorías no-Musulmanas en regiones completamente Musulmanas del sur de Asia fueron aterrorizadas y obligadas a partir hacia tierras cercanas donde no había una mayoría musulmana. Quienes permanecieron eran sujetos a discriminación y exclusión apoyada por el estado, de tal modo se verían obligados a escoger entre convertirse al islamismo o irse del país. Todo esto señala a la conquista de tierra y seguidores del Islam — aun durante tiempos contemporáneos.

Si la conquista es la meta principal, entonces el terrorismo debe ser sólo un medio — aunque importante — para alcanzar el objetivo. En naciones con una minoría musulmana tal como la India, se ve como los seguidores del Islam obtienen acceso al poder a través de su control sobre el voto musulmán y así promueven o abogan por políticas que apoyen su agenda. Eso podría ser considerado una forma no-violenta de yihad.

¿De dónde surge la pasión por conquistar?

Una reciente y novedosa evaluación estadística de las doctrinas Islámicas parece identificar las raíces de la motivación por conquistar, con las doctrinas en sí. Alrededor de sesenta y un por ciento del contenido del Corán habla mal de los no creyentes o hacen un llamado a su violenta conquista; solamente un 2.6 por ciento de los versos del Corán muestran buena voluntad hacia la humanidad. Aunque haya algo de subjetividad en este análisis, debemos notar el gran impulso de las inferencias. Este nuevo análisis nos ayuda a entender no sólo las raíces del terrorismo, sino también como podemos manejar el radicalismo Islámico.
Aún cuando se enfatiza en las doctrinas la conquista, si la estructura de la religión en sí da espacio para el crecimiento personal, el enfoque de sus adherentes probablemente estará orientado hacia la introspección constructiva.

Lo ahora comúnmente conocido como la sharia o ley Islámica, trata muchos aspectos de la vida diaria. Esta ley “divina” fue formulada hace miles de años y refleja las costumbres y tradiciones de tribus árabes de eras pasadas. Casi todas las comunidades en naciones mayoritariamente Musulmanas se encuentran bajo diferentes grados de Sharia — y como resultado, están presionadas a acoger un estilo de vida moderno, incluyendo la educación moderna. Probablemente debido a esta razón, y a pesar de la prosperidad petrolera, en el Índice de Desarrollo Humano (IDH) publicado cada año por la Organización de las Naciones Unidas — una medida comparativa de las expectativas de vida, el alfabetismo, la educación y los estándares de vida — muestra que de los 32 países categorizados como “altos” en el 2006, ni uno era de mayoría musulmana. Sin embargo, de los 30 países con nivel “bajo,” 16 eran musulmanes.

En otras palabras, la Sharia dificulta el proceso de creación de prosperidad — la base de las civilizaciones modernas —en comunidades musulmanas, dificulta el alcanzar e indirectamente ayudar a canalizar energías musulmanas hacia la aventura de la conquista a través del yihad. Además de las bases teológicas, la motivación de la lucha yihad con múltiples frentes se deriva de achacar algunas “injusticias” perpetradas contra los musulmanes a ciertos no creyentes. La percepción de las así llamadas injusticias creadas y sostenidas implacablemente, pueden ser vistas como el modo principal de acumular ira y odio en las mentes de los musulmanes.

Sin embargo, una ideología por sí sola no es capaz de hacer un impacto transnacional al menos que tenga recursos y cuente con seguidores comprometidos. El apoyo principal proviene de Arabia Saudita, el lugar de nacimiento del Islam y una nación que utiliza doctrinas islámicas en lugar de una constitución— y está muy bien dotada de petróleo. Esta prosperidad gratuita o no ganada ha prevenido que los defectos de un sistema basado en la Sharia sean expuestos. Según muchos, el gobierno de Arabia Saudita, por sí solo, ha gastado millones de dólares desde mediados de los años setenta, para propagar el Islam alrededor del mundo como un medio para promover sus intereses. Además de propagar doctrinas Islámicas, cantidades substanciales han sido invertidas en la construcción de nuevas mezquitas, dotar las mismas de personal y producir material de promoción.

Este financiamiento ha coincidido con un incremento en extremismo violento dirigido contra no-musulmanes y una perspectiva regresiva vista en comunidades musulmanas alrededor del mundo. Si las doctrinas Islámicas y sus subsecuentes interpretaciones se dirigen en su mayoría y de forma violenta contra los no musulmanes y enfatizan la importancia de adherirse a sus anticuadas costumbres, su propagación inevitablemente conllevará a las anteriormente mencionadas características. En retrospectiva, ahora nos damos cuenta de que ataques como el llevado a cabo el 11 de septiembre — y los que faltan por venir — son una consecuencia inevitable de este financiamiento de largo plazo y del proceso de adoctrinamiento.
¿Cómo puede ser mitigada la amenaza de terrorismo?

La parte de la ideología que genera pasión por el yihad está en manos de los clérigos y las mezquitas. Sin embargo, la ejecución del yihad debe involucrar a musulmanes educados. Ya que sin la educación moderna, la herramientas del mundo moderno— desde las armas hasta otros tipos de infraestructura — no podrían ser utilizados de forma eficaz como conducto para el terror. Sin embargo este segmento crítico de la población musulmana también es susceptible a ideas racionales. Un análisis matizado, con base científica y articulación de ideas, diseñado para restarle importancia a las escrituras islámicas y que disminuya el control vicioso de los clérigos, tiene que ser parte de cualquier método lógico para ganar la guerra de ideas. Esta podría ser una de las piezas críticas que faltan para desenredar el rompecabezas del terrorismo.

Por ejemplo, si la evidencia disponible sugiere que una escritura antigua fue plasmada y almacenada de forma poco fidedigna, entonces uno podría concluir que esa escritura no puede ser tomada literalmente.
Una guerra de ideas hace que la lucha contra el terrorismo sea similar a la guerra fría entre la ideología basada en el comunismo soviético y las democracias liberales americanas. El oeste ganó la guerra fría como un poder no-invasor — y trajo la libertad y el desarrollo a antiguos estados comunistas disminuyendo vigorosamente la ideología de sus antiguos adversarios.

En el contexto del modelo de terror discutido aquí, algunas de las estrategias ad hoc mayormente mencionadas para neutralizar el terrorismo — “apoyar a los musulmanes moderados,” “promover la democracia en el mundo musulmán familiarizándoles con el éxito de las democracias occidentales en comunidades musulmanes,” “protegiendo las poblaciones de los terroristas (en Iraq y Afganistán),” o “fomentando el desarrollo económico y educativo” — pueden ser consideradas como suficientemente enfocadas o no para luchar contra las ideologías que promueven el terrorismo religioso.

El terrorismo continúa teniendo un gran impacto sobre vidas humanas y la desviación de escasos recursos. La escala de los actos de terrorismo, puede convertirlos en actos criminales contra de la humanidad. Como discutido anteriormente, mucha de la ideología detrás del terrorismo fue propaganda alrededor del planeta por naciones del medio oriente. Incluso los así llamados grupos no-estatales como al-Qaeda, los Talibanes, Hezbolá o Hamas, tienen sus fuentes de financiamiento y guías ideológicas conectadas a naciones en el medio oriente o el sur de Asia.

Una estrategia de múltiples frentes para manejar el terrorismo terror debe llamar la atención a ciertas naciones por patrocinar crímenes contra la humanidad, por dar apoyo a ciertos grupos terroristas y otras entidades. Sin embargo, esto es bastante complejo ya que una gran gama de movimientos ideológicos ubicados en estas naciones están detrás del financiamiento del terrorismo. Por tanto, esta empresa es masivamente necesaria y requiere una gran coalición de naciones. Es necesario establecer, con base en quejas, una coalición de estados víctimas del terrorismo, incluyendo algunas del tercer mundo — India, Tailandia, las Filipinas, por mencionar algunas. En particular, una nación grande y con una ubicación estratégica como la India, una víctima perenne del terrorismo religioso y vecino de Pakistán, le brinda al oeste algunas opciones ideológicas, políticas y militares convincentes.

(vía infopublico.com)

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