Páginas

lunes, 31 de octubre de 2011

Daniel Ortega usa la religión como disfraz

Sacerdotes y políticos le hacen duras críticas

MANAGUA, NICARAGUA. Procesiones y cánticos de usanza religiosa se han convertido en características de las actividades proselitistas del gobernante Frente Sandinista para la Liberación Nacional (FSLN) que postula a su dirigente y actual presidente Daniel Ortega como candidato a la reelección en los comicios del próximo 6 de noviembre.

Ortega aspira a un tercer mandato presidencial y segundo consecutivo en la nación centroamericana, para lo cual no ha escatimado esfuerzos para promocionarse entre la población.

La mezcla de religión con política los nicaragüenses la conocieron durante los años 70 por los sacerdotes que se involucraron con la guerrilla o, al menos, se pronunciaban a favor de sus objetivos. Ahora esa mescolanza ha resurgido y con ello la polémica porque la Iglesia católica y algunos políticos lo critican.

"Es legal, legal, legal. Nadie puede prohibir que use la palabra cristiano. Nadie. El Vaticano nunca ha dicho una sola palabra" al respecto, afirmó el propio Daniel Ortega en una reciente concentración con sus partidarios, defendiéndose de las críticas de las que ha sido objeto por el matiz religioso adoptado en su campaña electoral. El lema con el que promueve su candidatura reza: "cristiano, socialista y solidario".

El obispo de Estelí, monseñor Abelardo Mata, uno de los jerarcas más críticos del actual gobierno, fue categórico al afirmar que "el uso de palabras bíblicas y símbolos de la iglesia es de muy mal gusto. Están manoseando la religión y la fe cristiana".

En conversación con la agencia internacional de noticias AP, Mata añadió que los sandinistas "son tan capitalistas como cualquiera" y usan un lenguaje "seudorrevolucionario" mezclado con matices religiosos con el único objetivo de "engañar al pueblo".

También el cura y poeta Ernesto Cardenal, quien en los años 80 fue sancionado por la Santa Sede, amonestado por el propio Papa Juan Pablo II, por su involucramiento en la revolución sandinista de esa época, dijo a la AP que las formas religiosas adoptadas durante la actual campaña "es uno más de sus disfraces". Ortega "hace un uso hipócrita y falso de la religión, fingiendo una fe que no tienen. La religión es su disfraz", añadió.

Otro prelado que censuró al Frente Sandinista y en particular a la primera dama Rosario Murillo fue Silvio Báez, por comparar a mediados de julio la celebración del trigésimosegundo aniversario de la revolución sandinista de 1979 con una misa católica.

Misa revolucionaria

En vísperas del evento partidista, Murillo manifestó: "Dios me perdone si a alguien ofendo... Vamos a una misa revolucionaria, vamos a cantar, vamos a llenarnos del Dios de los pobres, de amor al prójimo. Porque Dios está en todas partes".

La concentración a la que se refería Murillo se efectuó el 19 de julio en la denominada Plaza de la Fe Juan Pablo II, en la superficie interior de la concha acústica que sirvió de escenario se reflejaban con luces una especie de cáliz y entre los invitados figuró el cardenal Miguel Obando y Bravo, cuya cercanía al partido gobernante también es objeto de críticas y dudas.

Al respecto, Mata opinó que el cardenal es "todo un prócer que actúa de buena fe, pero su buena voluntad está siendo manipulada" con fines políticos.

En los años 80, Obando y Bravo era detractor de la "revolución sandinista" y acusó a los sacerdotes Ernesto y Fernando Cardenal y a Miguel D'Escoto Brockman de apoyar una "iglesia popular" basada en la teología de la liberación y de ponerse en abierta contradicción con la jerarquía eclesiástica que imponía abstenerse de esas ideologías políticas.

El Vaticano les prohibió a los tres sacerdotes mencionados administrar los sacramentos y en la primera visita de Juan Pablo II a Nicaragua en 1983 amonestó públicamente a Ernesto Cardenal. En tanto, durante su comandancia guerrillera y el primer gobierno de la revolución sandinista (1979-1984), Ortega nunca comulgó ni se le vio en misa, lo cual cambió en el 2005, cuando incluso se casó en una ceremonia católica con Rosario Murillo y ahora toma la comunión en misas celebradas por Obando y Bravo.

El cardenal, en tanto, ahora preside la Comisión de Verificación, Reconciliación, Paz y Justicia nombrada por Ortega y es invitado a casi todos los actos oficiales y partidistas.

El escritor Sergio Ramírez, exvicepresidente de Ortega en los años 80, pero que ahora está distanciado y es crítico del FSLN, consideró en una entrevista con la AP que Obando y Bravo es quien está detrás de las acciones de Murillo y los responsabiliza de "tomar prestados sin ningún permiso los símbolos y rituales" de la Iglesia católica y tratar de inventar una "iglesia paralela" que actúa con fines políticos.

El obispo de Estelí matizó este tipo de señalamientos hacia cardenal al asegurar que "se aprovechan de su figura y su autoridad moral para llevar agua a su molino".

Obando y Bravo aseguró recientemente que su compromiso con el gobierno "no lo estoy haciendo en nombre de la Conferencia Episcopal. Estoy claro que esta institución tiene su propio punto de vista".

"Nada objetable"

El exsacerdote D'Escoto Brockman, quien en los 80 fue canciller y ahora funge como asesor en relaciones internacionales del gobierno, dijo a la AP que no ve "nada objetable" en las comparaciones y usos que Murillo hace de los textos y rituales religiosos.

"Es más, estoy de acuerdo con lo que ella siente, piensa y dice sobre el cristianismo en el sandinismo" que "es la puesta en práctica de los más profundos valores y principios éticos del cristianismo: el amor a la justicia y la solidaridad", aseveró.

Al describirla dijo que la primera dama "es siempre cristiana y siempre sandinista".

A pesar de los matices religiosos, Ortega mantiene una tirante relación con la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) y desde que asumió para su actual mandato se ha negado a dialogar con los obispos que en varias oportunidades han expresado inquietudes y críticas al gobierno.

En septiembre, el episcopado señaló al gobierno de "instrumentalizar la justicia para legalizar en modo artificioso las estructuras de poder y las ambiciones personales", refiriéndose al fallo con que la Corte Suprema permitió a Ortega eludir una prohibición constitucional a la reelección inmediata en el cargo. —AP

(vía elsalvador.com)

No hay comentarios: