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sábado, 24 de diciembre de 2011

Una Biblia y una cruz, presentes una vez más en la jura del presidente del Gobierno

Mariano Rajoy

Mariano Rajoy toma posesión como presidente del Gobierno. (REUTERS/Stringer)

Un ejemplar de la Biblia y un crucifijo han puesto el toque religioso a la toma de posesión de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno. El libro, de 1791, editado en Valencia y dedicado a Carlos IV, estaba abierto por el capítulo 30 del Libro de los Números. Rajoy ha comenzado la jura con la mano izquierda sobre él para después colocar la derecha sobre la Constitución.

Hace cuatro años, los diputados de IU e ICV presentaron en el Congreso de los Diputados una proposición no de ley para eliminar los símbolos religiosos en este tipo de actos. Nada dice de todo ello el Real Decreto que regula "la formula de juramento en cargos y funciones públicas" -707/1979, de 5 de abril-, por lo que, según explicó entonces el grupo parlamentario, la presencia de una Biblia, un crucifijo o cualquier otro elemento de este cariz carecían de "base legal".

Los parlamentarios, además, pidieron que se elaborara un "protocolo aconfesional" tanto para dichas ceremonias institucionales -que permiten jurar o prometer el cargo- como para las relaciones con las distintas confesiones religiosas. La Cámara rechazó la medida por aplastante mayoría: 9 votos a favor, 309 en contra y 6 abstenciones. Solo el BNG apoyó la iniciativa; el PNV, por su parte, planteó eliminar estas ceremonias.

"Con lealtad al rey"

Mariano Rajoy ha optado este miércoles por "jurar" su cargo. Esta fórmula es la que presenta connotaciones religiosas si nos atenemos a la primera acepción del término en el diccionario de la RAE: "Afirmar o negar algo, poniendo por testigo a Dios, o en sí mismo o en sus criaturas". Los ministros y el presidente juran o prometen su cargo "con lealtad al rey" y en su presencia; y acuden al Palacio de la Zarzuela, que dispone el escenario.

El expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró hace cuatro años que este protocolo es "una tradición" y que no había que "obsesionarse" con el asunto. La Ley de Libertad Religiosa que el Ejecutivo socialista aparcó definitivamente el pasado año contemplaba la "neutralidad de los poderes públicos ante la religión o las creencias" y hablaba por primera vez de la "laicidad del Estado".

El pasado mes de junio, la polémica sobre los símbolos religiosos volvió a aflorar después de que Juan Cotino, presidente de las Corts valencianas, llevara al acto de constitución de la Cámara un crucifijo para que presidiera la Mesa y después encontrara sitio en su despacho. Entonces volvió a plantearse la necesidad de una regulación sobre este tema. Todos los presidentes de la Democracia han tomado posesión con un crucifico por testigo.

(vía 20minutos.es)

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