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domingo, 29 de abril de 2012

Estado laico no es enemigo de religión

Ismael DÁVILA / El MEXICANO

Miguel Carbonell

Foto por: Benjamin COVARRUBIAS / EL MEXICANO

MEXICALI.-El Estado Laico no es enemigo de la religión. Por el contrario un estado laico fuerte fortalece la libertad de creencias y en consecuencia a las distintas denominaciones religiosas, pero deben estar separadas y tener su propio ámbito de actuación y desarrollo.

Esto fue expresado por el doctor en derecho Miguel Carbonell, quien fue el ponente principal en lo que fue el Primer Foro de Baja California “Análisis del Estado Laico”, que se integró como parte del XXIII Congreso Nacional de la Plataforma de Profesionales y Técnicos, en conjunto con el Foro Cívico México Laico.

Estaba en el programa la participación del diputado federal Gerardo Fernández Noroña pero se excusó de asistir de último momento por razones de agenda legislativa.

El doctor Carbonell, investigador de la UNAM, con 44 libros publicados, entre muchas otras credenciales profesionales, inició su conferencia en torno a la reforma en curso al Artículo 24 Constitucional que pretende abrirle las puertas al ejercicio público de culto y a la educación religiosa en las escuelas.

Inició diciendo que la fuente de legitimidad del ejercicio público responde al pueblo y la guía de actuación de la autoridad es la ley, no una religión.

Dijo que la iglesia gana del estado laico, pero por separado, pues puede apelar a sus fieles a su propia doctrina.

En el Estado laico, puntualizó, ni el poder político somete a la religión, ni el poder religioso intenta convertirse en gobierno.

En un estado laico, subrayó, los que más ventajas tenemos somos los ciudadanos, porque el estado es la única forma de organización política que respeta de forma cabal ideas, credos y creencias religiosas.

Sólo en un estado laico se garantiza la tolerancia y eso incluye la tolerancia religiosa, y de esa tolerancia se derivan derechos como la libertad de expresión, de conciencia, asociación.

El estado laico, abundó, no es enemigo de la religión, es respetuoso de las creencias religiosas pero en el entendido que tienen su lugar, momento y espacio, pero no deben estar en el ejercicio del poder público.

(vía el-mexicano.com.mx)

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