Una cosa es perder el trabajo como consecuencia de las convicciones religiosas. Otra es perder la libertad, o aun la vida.
Estos son acaso los desafíos más grandes que enfrentan los creyentes de muchas religiones en el mundo actual, y la situación a veces cambia sin advertencia o explicación alguna, según se informó a los asistentes al VII Congreso Mundial de la Asociación Internacional de Libertad Religiosa en un panel llevado a cabo esta semana en Punta Cana (República Dominicana).
Tiffany Barrans, directora legal internacional del Centro Estadounidense de Ley y Justicia (ACLJ) que se encuentra en Washington D.C. recordó la tortura y asesinato del empresario cristiano paquistaní Rasheed Masih en 2010. Cuantro competidores musulmanes lo engañaron para encontrarse con él en una granja rural para analizar el negocio de las papas. Pero entonces trataron de forzar a Masih para que se convirtiera al islamismo y, cuando se rehusó, se cree que lo golpearon hasta quitarle la vida.
La filial europea del ACLJ se involucró en el caso, trabajando junto con abogados de Paquistán, y contribuyó a que tres de los supuestos homicidas fueran condenados a cadena perpetua.
El centro también está muy activo para apoyar al pastor cristiano iraní Yousef Nadarkhani, arrestado en 2009 con cargos de “apostasía” del islamismo, una religión que Nadarkhani jamás practicó. En 2010 fue sentenciado a muerte, pero la masiva presión internacional ha retrasado hasta el momento la ejecución.
Barrans se refirió a la obra del ACLJ en estos términos: “Nuestra idea es usar el sistema judicial […] y crear un precedente, para que la gente sepa que no puede matar, golpear y herir a una minoría religiosa con impunidad”, dijo.
Tanto en Rusia como Kazajistán, la Iglesia de la Cienciología (o Scientology, religión fundada por el filósofo y humanista L. Ronald Hubbard), que ha existido por unos sesenta años, enfrenta persecución y discriminación, dijo la reverenda Susan L. Taylor, presidenta de la Iglesia Fundadora de la Cienciología en Washington, D.C.
“En diciembre pasado, la policía irrumpió en nuestra iglesia en Moscú, en los hogares de los feligreses, y trajo alguien de la TV para filmar la incursión”, añadió.
En Kazajistán, también estamos siendo perseguidos.”, dijo Taylor. “En Almaty, los musulmanes de la Comunidad Ahmadía fueron prohibidos, y un informe de noticias se preguntó: ‘¿Quién sigue? ¿La Iglesia Metodista?’”
Los cienciólogos, explicó Taylor, “seguimos el reglamento de cumplir con las reglas de los gobiernos. Dentro de ese marco, peleamos por nuestros derechos, por nuestra existencia”.
El abogado Kevin Kimball, asesor legal de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en Santo Domingo (República Dominicana), presentó sus perspectivas personales sobre el tema, diciendo que “por mucho tiempo ha estudiado cuestiones relacionadas con la libertad religiosa”.
“Protegemos y reverenciamos el derecho a la libertad, el privilegio de adorar al Dios todopoderoso” destacó Kimbal después de citar declaraciones de varios líderes de la denominación, incluido el fundador Joseph Smith Jr. Las sociedades, expresó, “necesitan respetar los derechos de los demás para practicar sus confesiones religiosas”.
Ese respeto está creciendo en la República Dominicana, dijo Kimball. En 2011, el gobierno nacional promulgó una ley que otorgó reconocimiento legal civil a los matrimonios llevados a cabo por otras iglesias además de la católica. Dijo que este fue un paso importante para las iglesias y feligreses del país.
Ahora, los líderes evangélicos, adventistas, mormones y de otras confesiones se están reuniendo informalmente para promover otras leyes que buscan obtener derechos y privilegios en la sociedad dominicana, destacó.
“Es nuestra esperanza que continuemos con estos avances, durante un período en el que el país anfitrión garantiza cierto nivel de libertad religiosa”, dijo Kimball. El objetivo, añadió, “no es reducir los derechos que posee la Iglesia Católica, sino extender esos derechos a otras religiones”.
Para Vladimir Ryahovsky, del Centro Eslavo de Ley y Justicia (SCLJ), de Moscú, los desafíos son básicos. “Represento un país donde la institución de la libertad religiosa aún está en proceso de desarrollo”, dijo.
Aunque después del fin de la Unión Soviética en 1991 existió una libertad religiosa considerable, después se produjeron retrocesos. El movimiento cristiano evangélico Ejército de Salvación fue atacado por las autoridades rusas por la palabra “Ejército” de su nombre y por el hecho de que el líder internacional de movimiento recibe el nombre de “General”. El grupo de Ryahovsky colaboró con una batalla legal de ocho años que permitió el reconocimiento del Ejército de Salvación en el país.
El SCLJ dedica gran parte de su actividad a educar a los abogados, jueces y funcionarios del gobierno sobre aspectos de la libertad religiosa. “Organizamos seminarios de capacitación para organizaciones religiosas y para funcionarios del gobierno. Se han establecido cátedras universitarias sobre relaciones entre Iglesia y Estado; editamos una publicación académica titulada “Religión y Derecho”, que cuenta con muchos suscriptores, dijo Ryahovsky.
(vía asturi.as)
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