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lunes, 21 de mayo de 2012

Profesor de religión no renovado (despedido)

Ricardo Ibarra -Erikenea- | 

Andaban algunos profesores de religión católica indignados porque un cura que se había casado la Institución lo había considerado no apto para impartir su doctrina. Y digo yo, ¡qué cosas tenemos que ver! 

Hay gente que entre a trabajar a los centros de enseñanza públicos de la misma manera que hace años lo hacían los que impartían “Formación de Espíritu Nacional”. Aquellos fascistas que se infiltraban en los centros de enseñanza para velar por el buen cumplimiento de las instrucciones que en cada caso diese la “autoridad competente”, es decir, su “Excelencia el Caudillo, Generalísimo de los Ejercitos” nunca se hubiesen enfadado porque si hubiesen descubierto en su interior, fruto de un manzanazo al estilo Newton, la democracia y los valores de la libertad, hubiesen sido despedidos del puesto que ocupaban por razones obvias. A todos nos hubiese parecido razonable.

En cambio, estos que se cuelan por la puerta de atrás, por la del Concordato entre España y el Vaticano, que se saltan oposiciones y que adquieren el puesto de trabajo por su amistad, buena relación o lo que sea con la Iglesia Católica Apostólica y Romana, en el caso de que descubran el amor, o el desamor en caso de los que no son sacerdotes, estaban casados y se atreven a divorciarse, y por semejante atrevimiento se les retira la confianza, se enfadan y protestan como si el trabajo que desarrollaban fuese igual que el de los demás. Y no. Eso no es así. 

Los contratados por motivos ideológicos tienen todas las posibilidades de ver roto el contrato si no se atienen a la ideología pertinente, por muy estúpida o ridícula que nos parezca a los demás. Así es y suena razonable aunque les joda.

(vía blogs.elcorreo.com)

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