Las mujeres son controladas -su sexualidad, su cuerpo, sus actos y la manera en que se relaciona con el mundo- en todas las sociedades por igual
Elsa Sardina Vejo, Madrid
Mujeres policía en Irán.
La religión ha sido uno de los argumentos más utilizados para explicar esta problemática. Normalmente se suele recurrir a estas prácticas para entender porqué se llevan ejerciendo históricamente acciones violentas contra las mujeres.
Sin embargo, desde la ONG Women’s Link Worldwide creen que es un "verdadero error". "La religión simplemente es un medio para justificar no sólo la violencia contra las mujeres, sino también una grandísima estructura de poder", advierte a ESTRELLA DIGITAL Glenys De Jesús, abogada senior de la organización, que cree que la religión es utilitaria, y en definitiva una trampa peligrosa para evitar hablar del problema de base: la construcción patriarcal de la sociedad. "Las mujeres son objetos propiedad de los hombres que tienen derechos sobre ellas para su uso, abuso y disfrute", explica De Jesús, que insiste en que el argumento religioso es engañoso porque hace que uno pierda de vista que el verdadero problema "va mucho más allá de ser musulmana, católica o cristiana evangélica". No debemos de olvidar, recuerda la abogada de Women’s Link Worldwide, que las mujeres son controladas -su sexualidad, su cuerpo, sus actos y la manera en que se relaciona con el mundo- en todas las sociedades por igual.
El mundo continúa estando dominado por los hombres. Y parece ser que cualquier acción que ponga en riesgo el statu quo será castigada. Según explica Glenys De Jesús, lo que recientemente acabamos de presenciar en Afganistán no es una práctica exclusiva de la sociedad afgana, ni tampoco de la religión musulmana. "Por ejemplo, hasta hace muy poco, muchos de los códigos penales de América Latina, eximían de entrar en prisión al marido que encontraba a su mujer teniendo relaciones sexuales con otro hombre y en el furor de los celos la mataba".
Indiscutiblemente es una pandemia global, tal y como advierte la ONU. Y el problema no es que las mujeres no estén seguras practicando su religión –"la cual adoptan autónomamente", dice De Jesús-, sino que no están protegidas por la política y la legalidad de la sociedad en su conjunto, en su mayoría controlada por los hombres. "Flaco favor hacemos a las mujeres que practican creencias religiosas cuando comenzamos a atacar su religión", dice la abogada de Women’s Link, que insiste en que si para explicar este problema colocamos enfrente la religión, que es un asunto de fe, no tendremos espacio para la discusión.
Según Glenys De Jesús, el motivo es no considerar que las mujeres son seres humanos y sujetos de derecho. "El problema es que en la estructura de todas las sociedades, y en algunas de manera más grotesca que en otras, las mujeres no son valoradas como seres humanos. Las mujeres son consideradas como un objeto: como un caballo, una gallina o un coche", explica la abogada de Women’s Link, que cree que ver a las mujeres "como objetos" es la explicación más apropiada para entender el verdadero origen de este tipo de violencia. Tal y como explica la responsable del Área de Violencia de Género de la Federación de Mujeres Progresistas, María José Bueno, hombres y mujeres somos socializados de manera diferente desde que nacemos. Momento en el que empezamos a recibir mensajes sobre lo que se espera de nosotros por ser hombres o mujeres, que interiorizamos desde la infancia y que nos llegan a través de instituciones tan poderosas como la familia, la escuela, los medios de comunicación y, por supuesto, las religiones.
Al igual que Glenys De Jesús, Bueno cree que la religión no es más que un medio para justificar la estructura de poder imperante. Aunque en su caso sí cree que es un elemento realmente importante, puesto que las religiones se sustentan en una "ideología patriarcal que da un papel secundario a las mujeres y subordinado al del varón". Eso sí -advierten desde la Federación de Mujeres Progresistas-, esta influencia no es exclusiva en las mujeres musulmanas, ya que la religión católica, que practican muchas mujeres españolas, contiene igualmente los aspectos de discriminación citados anteriormente.
Un argumento muy en la línea de lo planteado por Women’s Link. "Un señor mata a su mujer porque ella es un objeto bajo su propiedad. El paterfamilia tiene el derecho de vida o muerte sobre todos los miembros de su familia. Esta es la verdadera razón. Y la justificación no sólo del último crimen atroz cometido en Afganistán hace unas semanas, sino también de que hace unas décadas las mujeres no pudieran en España abrirse una cuenta o salir del país sin autorización del marido", concluye De Jesús.
(vía estrelladigital.es)
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