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lunes, 23 de julio de 2012

Sexo, religión y emancipación; licencias para matar a una mujer

Las mujeres  de entre 15 y 44 años tienen más probabilidades de ser mutiladas o asesinadas por hombres que de morir de cáncer. En cada país, un tipo de discriminación.

Elsa Sardina Vejo, Madrid

Captura del vídeo. Un hombre afgano mata a su esposa por adulterio.Un hombre afgano mata a su esposa de 22 años por adulterio.

Ser mujer conlleva implícito el riesgo. Así lo advierte el Centro de Ginebra para el Control Democrático de las Fuerzas Armadas (DCAF), que asegura que las mujeres de entre 15 y 44 años tienen más probabilidades de ser mutiladas o asesinadas por hombres que de morir de cáncer, malaria, en accidentes de tráfico o en una guerra.

Es una violencia que no entiende de límites. Una problemática que nada tiene que ver con la geografía, la economía o la cultura, sino que según alerta la ONU, es una pandemia global ante la que todos los Estados deberían reaccionar.

Aunque en muchas partes del mundo es un tema tabú, algunos casos salen a la luz. El último conocido ocurrió en Afganistán. La víctima, una joven de 22 años de la que no trascendió su nombre real. Su pecado, cometer adulterio. Se sentencia, morir acribillada a tiros. Los culpables tampoco han sido identificados, pero no importa según la libre interpretación que se suele hacer de la sharia (ley islámica). El estado afgano lo permitiría. Gracias al poder de las redes sociales, el escándalo dio la vuelta al mundo y ha vuelto a colocar en primera línea de la actualidad el calvario que muchas mujeres sufren por el simple hecho de haber nacido con el cromosoma XX.

Las mujeres y las niñas afganas continúan siendo víctimas de discriminación y violencia machista. En total, el Ministerio de Asuntos de la Mujer afgano contabilizó 3.742 casos de violencia contra las mujeres entre el 22 de marzo hasta el 31 de diciembre del pasado año. Lejos de resolverse el problema, se ha dado el primer paso. La Fiscalía General permitió en septiembre de 2011 la creación de seis oficinas provinciales para combatir este asunto. Tal y como aseguran desde Amnistía Internacional, la Policía y los tribunales hacen con frecuencia "caso omiso" de las denuncias de abusos presentadas por mujeres, "por lo que sólo en ocasiones contadas se investigan palizas, violaciones u otros actos de violencia sexual". Se detiene a las mujeres que tratan de huir de matrimonios en los que son objeto de abusos y se les enjuicia por "huía del hogar", que el Código Penal no contempla y que eran incompatibles con el derecho internacional de los derechos humanos.

Por desgracia, Afganistán no es el único país que padece el problema. En Irán, las mujeres siguen estando discriminadas en la ley y en la práctica. Se persigue y hostiga a quienes defienden los derechos de las mujeres. El anteproyecto de ley de protección familiar, que agrava la discriminación de las mujeres en la legislación, sigue pendiente de aprobación en el Parlamento. Y muchas universidades iraníes han comenzado a segregar a los estudiantes por sexo. En Arabia Saudí, la realidad no es mejor. Hasta 2015, y por orden del Rey, las mujeres no podrán votar ni presentarse como candidatas en las elecciones municipales, únicos comicios públicos del país, tampoco, ser designadas miembros del Consejo Consultivo.

Aunque esta 'grave enfermedad' no sólo afecta a países con una cultura y religión determinadas, sino que las mujeres también sufren por el simple hecho de serlo en países aconfesionales y desarrollados. Así es España y, sin embargo, el 10% de las mujeres reconoce haber sufrido violencia de género alguna vez en su vida. La cifra del terror; 60 mujeres muertas en 2011 a manos de sus parejas o exparejas, según el Instituto de la Mujer. Y 27 nuevas víctimas en lo que va de año.

(vía estrelladigital.es)

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