Al Mundial de Fórmula 1 le quedan sólo cinco carreras y la distancia entre Fernando Alonso, líder del Mundial, y Sebastian Vettel es de tan sólo cuatro puntos, menos diferencia de la que hay entre el primero y el segundo de cada Gran Premio. Como dijo el asturiano de Ferrari, lo que queda es un pequeño mundial de cinco pruebas. el que haga más puntos ganará. El problema, como lo lleva siendo toda la temporada, es que el Ferrari no es más rápido que el Red Bull.
A base de milagros, de no cometer errores y de ir aprovechando los fallos de los rivales, Fernando Alonso ha sido capaz de llegar a este tramos final del año con posibilidades reales de lograr su tercer título mundial. A día de hoy, el 'cavallino rampante' sigue siendo más lento que el Red Bull, especialmente en la calificación, donde el bólido austríacos deja en evidencia a la histórica marca roja.
En carrera, eso sí, las prestaciones de uno y otro (y de McLaren, el tercer equipo en discordia) se igualan al máximo. Es por ello que si Fernando quiere vencer el Mundial, necesitará olvidar el mal fario de Bélgica y Japón y centrarse en comenzar a rendir al máximo en la carrera de Corea del Sur, tierra poco propicia para los milagros a los que nos ha acostumbrado Fernando.
Alonso y Corea, llamados a estar unidos
En Corea del Sur uno de cada habitantes no sigue ninguna religión, algo bastante habitual en Asia. Cierto que el continente vecino es un gran templo del espíritu, donde uno puede ir a encontrar paz interior gracias a las diferentes creencias que se profesan. Concretamente, en Corea del Sur, el budismo, el protestansimo y el catolicismo son las religiones más seguidas.
Pese a tal grado de ateísmo y agnosticismo, Corea del Sur nació como la tierra de la estabilidad emocional y física. Así, lo representa su bandera, en la que en el centro un círculo azul y rojo representa al ying y al yang. A su alrededor, cuatro grupos de tres barras simbolizan la tierra, el agua, el aire y el fuego. La relación del hombre consigo mismo y con la naturaleza descrita en una bandera.
Lo cierto es que a Alonso le va mucho esa filosofía oriental basada en el equilibrio. El asturiano ya ha demostrado varias veces sentir curiosidad por la cultura asiática. Y, si Fernando quisiera ahondar más, en Corea podría encontrar un buen lugar de iniciación en el que sumergirse en el continente asiático. Y es que el coreano, que combina 10 vocales y 14 consonantes es uno de los idiomas más científicos y más fáciles de aprender del mundo. Es lógico que la tasa de alfabetización sea casi del 100%.
Este país tan científico y tan tecnológico -la mayor parte de sus exportaciones son tecnologías- acoge este fin de semana uno de los deportes más tecnológicos. La filosofía del ying y el yang, de no preocuparse por lo pasado sino por lo futuro, recibe, un año más, a un gran piloto y amante de la cultura. Esperemos que esta armonía que existe entre Fernando, Ferrari y Corea se vea recompensada el domingo con una victoria. Sería un paso más hacia el camino de la felicidad, hacia el camino del tricampeonato.
(vía noticias.lainformacion.com)
A base de milagros, de no cometer errores y de ir aprovechando los fallos de los rivales, Fernando Alonso ha sido capaz de llegar a este tramos final del año con posibilidades reales de lograr su tercer título mundial. A día de hoy, el 'cavallino rampante' sigue siendo más lento que el Red Bull, especialmente en la calificación, donde el bólido austríacos deja en evidencia a la histórica marca roja.
En carrera, eso sí, las prestaciones de uno y otro (y de McLaren, el tercer equipo en discordia) se igualan al máximo. Es por ello que si Fernando quiere vencer el Mundial, necesitará olvidar el mal fario de Bélgica y Japón y centrarse en comenzar a rendir al máximo en la carrera de Corea del Sur, tierra poco propicia para los milagros a los que nos ha acostumbrado Fernando.
Alonso y Corea, llamados a estar unidos
En Corea del Sur uno de cada habitantes no sigue ninguna religión, algo bastante habitual en Asia. Cierto que el continente vecino es un gran templo del espíritu, donde uno puede ir a encontrar paz interior gracias a las diferentes creencias que se profesan. Concretamente, en Corea del Sur, el budismo, el protestansimo y el catolicismo son las religiones más seguidas.
Pese a tal grado de ateísmo y agnosticismo, Corea del Sur nació como la tierra de la estabilidad emocional y física. Así, lo representa su bandera, en la que en el centro un círculo azul y rojo representa al ying y al yang. A su alrededor, cuatro grupos de tres barras simbolizan la tierra, el agua, el aire y el fuego. La relación del hombre consigo mismo y con la naturaleza descrita en una bandera.
Lo cierto es que a Alonso le va mucho esa filosofía oriental basada en el equilibrio. El asturiano ya ha demostrado varias veces sentir curiosidad por la cultura asiática. Y, si Fernando quisiera ahondar más, en Corea podría encontrar un buen lugar de iniciación en el que sumergirse en el continente asiático. Y es que el coreano, que combina 10 vocales y 14 consonantes es uno de los idiomas más científicos y más fáciles de aprender del mundo. Es lógico que la tasa de alfabetización sea casi del 100%.
Este país tan científico y tan tecnológico -la mayor parte de sus exportaciones son tecnologías- acoge este fin de semana uno de los deportes más tecnológicos. La filosofía del ying y el yang, de no preocuparse por lo pasado sino por lo futuro, recibe, un año más, a un gran piloto y amante de la cultura. Esperemos que esta armonía que existe entre Fernando, Ferrari y Corea se vea recompensada el domingo con una victoria. Sería un paso más hacia el camino de la felicidad, hacia el camino del tricampeonato.
(vía noticias.lainformacion.com)
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