El gobierno y la secta islamista Boko Haram hablan de un posible alto el fuego en el país africano, después de miles de muertos por diferencias religiosas y poca asistencia gubernamental.
Entre otras condiciones, Boko Haram reclama que las autoridades nigerianas liberen a todos los miembros presos del grupo, según dijo el jueves por la noche Abu Mohammed Ibn Abdulaziz, el segundo máximo comandante de la secta.
En las cárceles de Nigeria hay en la actualidad cerca de un millar de combatientes Boko Haram. El grupo, que rechaza el estilo de vida occidental, es el responsable de numerosos sangrientos atentados contra iglesias, comisarías y locales donde se sirve alcohol. Desde 2009 han muerto más de un millar de personas en esos atentados.
Entre sectas y gobiernos corrompidos
Las fuerzas de seguridad mataron a disparos a decenas de jóvenes en la ciudad de Maiduguri, informó ayer la televisión británica BBC.
Un imán dijo a la televisión que sólo en su calle fueron asesinados once jóvenes, entre ellos cuatros de sus hijos. “Mataron a mis hijos ante mis propios ojos”, aseguró el imán Malam Aji Mustafá.
Las víctimas fueron llevadas a la morgue del hospital local y cuando después acudió allí, el imán aseguró haber visto los cadáveres de al menos 48 jóvenes. Otro testigo confirmó la información. Un portavoz militar no quiso sin embargo hacer comentarios.
La ciudad en el noreste del país es considerada feudo de la secta islamista Boko Haram, la cual pretende imponer un estado islámico en el norte de Nigeria.
El jueves, la organización defensora de los derechos humanos Amnistía Internacional acusó a las fuerzas nigerianas de luchar contra el terrorismo de forma arbitraria y empleando métodos de tortura, lo que “agudiza la ya de por sí dramática situación”, decía el comunicado. (DPA)
(vía correodelcaroni.com)
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