Pedro Garijo, a la izquierda, actual alcalde de Cúllar:: IDEAL
Pedro Garijo se convirtió el miércoles de la pasada semana en el nuevo alcalde de Cúllar tras una moción de censura apoyada por PSOE e IU que acabó con el gobierno de José Torrente (PP). Aunque la moción sí generó críticas entre socialistas y populares –Sebastián Pérez dijo sentirse «dolido» por ella–, la sesión en la que Torrente cedió el bastón de mando a Garijo fue cordial y se desarrolló sin ningún tipo de incidente. Sin embargo, pasada apenas una semana, las hostilidades entre uno y otro partido han aflorado de nuevo, esta vez a cuenta de unos crucifijos.
Estos símbolos religiosos han desaparecido de los despachos del secretario de la Corporación y del administrativo del municipio. Cuenta José Torrente que los crucifijos «llevaban allí puestos más de 25 años y se han mantenido tanto cuando ha gobernado el PP como cuando lo han hecho otros partidos». Hasta ahora, tras una orden de Pedro Garijo dictada durante los últimos días.
Para Torrente, la decisión refleja «el desconocimiento de la tradición por parte del nuevo alcalde y sus contradicciones, porque sí es capaz de presidir procesiones, pero acto seguido retira crucifijos». La actuación se ha llevado a cabo en unos días muy próximos a la Semana Santa, algo que para el portavoz del equipo de gobierno de la Diputación es muestra de «su inexperiencia e inmadurez política. No se da cuenta de que así falta el respeto a muchos católicos. Esa ligereza intelectual puede provocar el rechazo de mucha gente».
Además, Torrente hace referencia al discurso que pronunció el alcalde durante la moción de censura que le llevó al poder: «Criticó duramente mi gestión y prometió crear 1.600 jornales a diario. Yo pensaba que esa iba a ser su primera decisión como alcalde, no el quitar los crucifijos».
Respuesta
Por su parte, el nuevo regidor de Cúllar, Pedro Garijo, reconoce que «sí, hemos tomado la decisión de quitar los crucifijos porque en las administraciones públicas no debe haber ningún símbolo religioso». El representante socialista, que durante su proclamación como alcalde destacó que su bisabuelo, Pedro Garijo Molina, fue regidor de Cúllar durante la República, recuerda que «vivimos en un Estado laico. Cuando se lo comenté al secretario de la Corporación lo aceptó sin problemas».
Garijo expresa que, bajo su punto de vista, «este asunto no tiene mayor importancia, aquí nadie está en contra de la religión católica» y destaca que «quien quiera buscar la polémica con esto debe haberse quedado sin otros argumentos».
En la misma línea, el nuevo alcalde de Cúllar rechaza que esta haya sido su primera acción como al frente del Ayuntamiento: «Estamos revisando las cuentas de los gastos y buscando la forma de sacar bolsas de trabajo dirigidas en primer lugar, a las familias sin ingresos, no por sorteo».
Garijo también critica a Torrente por la ‘herencia’ municipal recibida: «Tanto que decía él que nos dejaba la ‘casa’ en orden, estamos comprobando que no es oro todo lo que reluce. Nos ha dejado mucho trabajo por hacer y tenemos tanta actividad que no es sensato centrar la atención en otras cosas», zanja.
(vía ideal.es)
Pedro Garijo se convirtió el miércoles de la pasada semana en el nuevo alcalde de Cúllar tras una moción de censura apoyada por PSOE e IU que acabó con el gobierno de José Torrente (PP). Aunque la moción sí generó críticas entre socialistas y populares –Sebastián Pérez dijo sentirse «dolido» por ella–, la sesión en la que Torrente cedió el bastón de mando a Garijo fue cordial y se desarrolló sin ningún tipo de incidente. Sin embargo, pasada apenas una semana, las hostilidades entre uno y otro partido han aflorado de nuevo, esta vez a cuenta de unos crucifijos.
Estos símbolos religiosos han desaparecido de los despachos del secretario de la Corporación y del administrativo del municipio. Cuenta José Torrente que los crucifijos «llevaban allí puestos más de 25 años y se han mantenido tanto cuando ha gobernado el PP como cuando lo han hecho otros partidos». Hasta ahora, tras una orden de Pedro Garijo dictada durante los últimos días.
Para Torrente, la decisión refleja «el desconocimiento de la tradición por parte del nuevo alcalde y sus contradicciones, porque sí es capaz de presidir procesiones, pero acto seguido retira crucifijos». La actuación se ha llevado a cabo en unos días muy próximos a la Semana Santa, algo que para el portavoz del equipo de gobierno de la Diputación es muestra de «su inexperiencia e inmadurez política. No se da cuenta de que así falta el respeto a muchos católicos. Esa ligereza intelectual puede provocar el rechazo de mucha gente».
Además, Torrente hace referencia al discurso que pronunció el alcalde durante la moción de censura que le llevó al poder: «Criticó duramente mi gestión y prometió crear 1.600 jornales a diario. Yo pensaba que esa iba a ser su primera decisión como alcalde, no el quitar los crucifijos».
Respuesta
Por su parte, el nuevo regidor de Cúllar, Pedro Garijo, reconoce que «sí, hemos tomado la decisión de quitar los crucifijos porque en las administraciones públicas no debe haber ningún símbolo religioso». El representante socialista, que durante su proclamación como alcalde destacó que su bisabuelo, Pedro Garijo Molina, fue regidor de Cúllar durante la República, recuerda que «vivimos en un Estado laico. Cuando se lo comenté al secretario de la Corporación lo aceptó sin problemas».
Garijo expresa que, bajo su punto de vista, «este asunto no tiene mayor importancia, aquí nadie está en contra de la religión católica» y destaca que «quien quiera buscar la polémica con esto debe haberse quedado sin otros argumentos».
En la misma línea, el nuevo alcalde de Cúllar rechaza que esta haya sido su primera acción como al frente del Ayuntamiento: «Estamos revisando las cuentas de los gastos y buscando la forma de sacar bolsas de trabajo dirigidas en primer lugar, a las familias sin ingresos, no por sorteo».
Garijo también critica a Torrente por la ‘herencia’ municipal recibida: «Tanto que decía él que nos dejaba la ‘casa’ en orden, estamos comprobando que no es oro todo lo que reluce. Nos ha dejado mucho trabajo por hacer y tenemos tanta actividad que no es sensato centrar la atención en otras cosas», zanja.
(vía ideal.es)
No hay comentarios:
Publicar un comentario