Por: Manuel Ernesto Rivera
Los casos de abuso sexual contra menores por parte de sacerdotes de diferentes iglesias a través del país se siguen multiplicando y la mayor preocupación, a mi juicio, es el terrible mensaje que los jerarcas católicos le envían a posibles depredadores: “ponte una sotana y tu crimen quedará impune”.
Y es que los obispos de San Juan, Roberto González Nieves, de Arecibo, Daniel Fernández, y de Mayagüez, Álvaro Corrada del Río, se han negado a compartir con las autoridades civiles información que ayude al Departamento de Justicia a procesar criminalmente a los pederastas con sotana.
Estos líderes de la iglesia católica parecerían estar más preocupados por tratar de limpiar la imagen de la institución que por evitar que los sacerdotes expulsados o no de la iglesia sigan cometiendo abusos sexuales contra menores.
Las expresiones más alarmantes ofrecidas por el monseñor González Nieves fueron que un sacerdote expulsado de la Diócesis de San Juan está dando misas por diferentes casas del país. Aún así, el Arzobispo metropolitano ni se inmuta en denunciarlo ante el peligro que ello representa para posibles futuras víctimas de abuso sexual.
La Diócesis de Arecibo se niega a revelar al Departamento de Justicia los expedientes de los casos que evaluó en el proceso canónico y que culminaron con la expulsión de seis sacerdotes. El obispo Fernández pidió a la corte que decida si debe o no entregar los expedientes a Justicia para que la agencia pueda cumplir con su deber ministerial.
Los casos en la isla no son aislados. De hecho, en la Arquidiócesis de Los Ángeles, California, el cardenal Roger Mahony también buscó proteger a sacerdotes pederastas y el caso más notorio fue el de del padre Lynn Caffoe, quien fue enviado a México luego de que se descubriera que encerraba jovencitos a los que le grababa sus partes íntimas y le mostraba películas mientras sostenía relaciones sexuales con estos. Caffoe murió en 2009 y sus delitos quedaron impunes. En California, al igual que ha pasado aquí que se ha comprado el silencio de las víctimas a billetazo limpio, la iglesia ha pagado $13 millones a víctimas de sacerdotes pederastas.
En el pasado, los sacerdotes que cometían abusos sexuales contra menores eran cambiados de parroquia. Ahora bajo el papado de Francisco se agudizó la política de cero tolerancia a los casos de pederastía por parte del clero, pero se siguen encubriendo a los depredadores al no denunciarlos y entregarlos a las autoridades para que sean llevados ante los tribunales.
Ese es el caso del exnuncio de la República Dominicana, Josef Wesolowski, quien tiene una orden de aprensión en ese país por abusar sexualmente de menores y se encuentra fugitivo. De hecho, las veces que Wesolowski visitó la isla para investigar a González Nieves pernoctaba en la Diócesis de Arecibo.
El secretario de Justicia designado, César Miranda, se expresó alarmado tras surgir nueva información de presuntos casos de abuso sexual contra menores por parte de sacerdotes, esta vez de la Diócesis de Mayagüez.
El funcionario expresó su profunda preocupación porque esos ofensores sexuales están en la libre comunidad.
“Me parece muy desgraciado todo esto. Es un problema aparentemente de una proporción mucho mayor de lo que anticipábamos. Yo todavía no puedo saltar a la conclusión de que se va a continuar con un patrón de encubrimiento”, dijo Miranda.
“A mí me impresiona cómo es que la iglesia se tarda tanto en resolver una situación cuando se ha cometido un acto de esta naturaleza. Eso es para de inmediato resolverlo y notificar a las autoridades civiles que ahí hay una persona que constituye un riesgo para nuestra sociedad”, sentenció.
(vía noticel.com)
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