Se convirtió a los 16 años al sijismo y dice que con vellos en su cara se siente "más femenina".
Harnaam
Kaur tiene 23 años, vive en Berkshire, Inglaterra y es una de tantas mujeres en
el mundo que sufre de Síndrome de Ovario Poliquístico, lo que le causa un
crecimiento excesivo de vellos en todo el cuerpo. Tanto así, que le crece barba
y no se la corta.
A los 11
años, cuando le detectaron la enfermedad, comenzaron a aparecerle pelos en su
pecho y brazos, convirtiéndose en víctima de burlas en la escuela y en la
calle, e incluso llegando a recibir amenazas vía internet.
Kaur dejó
de depilarse a los 16 años luego de bautizarse bajo la doctrina sijista, una
religión que surgió en India durante los siglos XVI y XVII en el contexto del
conflicto entre el hinduismo e islam, y que prohíbe cortarse el pelo de
cualquier parte del cuerpo.
"No
volvería jamás a cortar mi pelo facial, porque es la forma en que Dios me hizo
y estoy contenta con la manera que soy", comentó Harnaam al periódico
británico Daily Mail.
"Me siento más femenina, más sexy y creo que me queda bien. He aprendido a
amarme por lo que soy, nada me puede quebrantar ahora", agregó.
Durante sus
primeros años de adolescencia, la joven lo pasó tan mal que se negó a salir por
mucho tiempo de su casa, autoagrediéndose y pensando en el suicidio. Estaba tan
avergonzada de su barba que se la llegó a depilar dos veces por semana con cera
especial para cara, además de blanquearla y afeitarla. Pero nada resultó y sólo
logró que los vellos se volvieran más gruesos.
"Me
intimidaron mucho. En la escuela me llamaron 'barbuda' y cosas como
'transexual'. Puedo reírme de eso ahora, pero en aquel entonces me afectó tanto
que empecé a agredirme, ya que se sentía mejor que todo el abuso que estaba
recibiendo", confesó.
"Prefería
hablar con la gente tapando mi rostro con mi mano. Usaba ropa muy holgada y de
hombre para cubrir el pelo del pecho y de los brazos", añadió.
Pero ahora,
su pensamiento ha cambiado. "Soy capaz de salir y comprar en la sección de
mujeres sin sentir que no debería estar allí. Llevo faldas, vestidos y joyas, y
me gusta arreglar mis uñas como cualquier otra chica", dijo.
Su
transformación.
La decisión
que tomó Harnaam resultó polémica para su familia. Ni su madre ni su padre
querían que se convirtiera al sijismo porque pensaban que no iba a poder llevar
una vida normal si tenía barba. "Les preocupaba que no fuera capaz de
casarme y de nunca conseguir trabajo. Pero yo quería tomar mis propias
decisiones y vivir para mí misma. Ya tenía suficiente con esconderme
siempre", acotó.
Finalmente
sus padres aceptaron la decisión, aunque su principal apoyo en la familia es su
hermano menor Gurdeep Singh, de 18 años, quien es su mayor defensor, sobre todo
cuando en una oportunidad se afeitó la barba para encontrar trabajo. "Mi
hermano era en realidad la única persona que estaba completamente sorprendido
por lo que había hecho. Él me abrazó y me dijo que yo me veía muy hermosa con
mi barba, que no entendía por qué lo había hecho", comentó, y agregó:
"Fue a partir de ese momento que pensé en no quitármela nunca más".
Desde
entonces que la joven ha sido asistente de enseñanza en una escuela primaria
sijista en su ciudad y su confianza en sí misma ha aumentado.
"A
algunas personas les da por llamarme 'señor' por mi barba, pero después se dan
cuenta que también tengo pechos. Debe ser confuso para mucha gente", dice.
"Pero
las reacciones más divertidas que recibo son de los niños de mi escuela que me
preguntan qué es mi barba, yo bromeo y les digo que es un disfraz de halloween.
Algunos me han preguntado donde la compré y les digo: en 'Asda' (una cadena de
supermercados británica)", añadió.
"Puedo
reírme de eso ahora. A veces digo que soy hombre y pongo voz profunda para
asustar a algunas personas porque es divertido ver su reacción", contó.
Hoy Harnaam
espera que su historia ayude a otras mujeres a encontrar confianza en sí
mismas. Es por eso, que ha decidido compartirla en youtube y sigue subiendo
videos a pesar de las amenazas de muerte que ha recibido. "He recibido
comentarios diciéndome que me quemarán y tirarán ladrillos", revela.
Pero no
todo es tan malo, ya que también ha recibido mensajes positivos, tanto de
mujeres como de hombres. Uno de ellos le pidió matrimonio, pero ella lo
rechazó. "No he encontrado un potencial marido todavía. Sigo teniendo algo
de dolor contra los hombres de mi comunidad y eso hace que todavía tenga una
barrera para el matrimonio. Pero soy joven y aún hay tiempo de sobra para
eso", dijo.
(vía elpais.com.uy)
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